Javier Favela / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. El próximo miércoles 21 de febrero llegará a su fin el período vacacional del Congreso local, lo que se conoce eufemísticamente como receso legislativo. Sumarán 63 días ininterrumpidos sin sesiones públicas del pleno camaral. Desde el pasado 19 de diciembre (fecha de votación del presupuesto estatal) se ignora el paradero de la mayoría de los 40 diputados, con puertas semiabiertas en la sede parlamentaria, con comisiones dictaminadoras inactivas y -según la diputada Belinda Hurtado- con más de 200 aviadores cobrando nómina cada quincena. Ayer los líderes parlamentarios descartaron el retorno a las labores plenarias durante la presente semana por haberse atravesado las festividades del Martes del Carnaval, el Miércoles de Ceniza y el Día del Amor y la Amistad. Es probable que algunos diputados anden en cenas románticas y en noches de pasión, con celulares apagados, desconectados de la realidad y alejados del bullicio público. El arranque del nuevo período ordinario de sesiones empata muy bien con la veda de las intercampañas. A partir del 15 de abril y durante todo el mes de mayo, la 75 legislatura entrará de lleno en las campañas electorales. Y, por si no fuera suficiente, el Congreso volverá a disfrutar de otro receso legislativo de 8 semanas en el período de verano, el cual abarca del 15 de julio al 14 de septiembre. El Pleno tiene previsto trasladarse a Ario de Rosales el 7 de marzo, así como encabezar las conmemoraciones por el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo. La morenista María de la Luz Núñez está empujando el tema de la despenalización del aborto en Michoacán. Disfrutan al mes 450 mil pesos Cada diputado local usufructúa mensualmente recursos públicos por 450 mil pesos, en cheques y en prestaciones, incluyendo el sueldo propio y las remuneraciones del staff que depende enteramente de ellos, bajo los conceptos de “prerrogativas extraordinarias”, “asignaciones por concepto de comunicación social”, “asignaciones de personal adicional” y “asignaciones a comisiones y comités”. La llamada “prerrogativa extraordinaria” está destinada a atender las necesidades de los electores, la de los ciudadanos que se acercan a gestionar el surtido de la receta médica, apoyo para pasajes, servicio fúnebre o beca escolar, por mencionar algunos ejemplos. Sin embargo, no todos los legisladores hacen trabajo político, territorial y legislativo en su distrito. Algunos ingresan ese dinero a sus chequeras personales, falsifican firmas con copias de credencial de elector y fabrican comprobantes con prestanombres de confianza. Los 40 diputados usufructúan un gran paquete de plazas de confianza. Ello incluye el importe bruto de los impuestos al fisco, bajo concepto de “asignaciones de personal adicional”. Varios legisladores ingresan a la nómina a amigos, parientes y parejas sentimentales, o pagan favores de campaña. No falta quien se valga de prestanombres, dándolos de alta en la nómina para ordeñar la tarjeta de débito cada quincena salarial, lo que alimenta la narrativa mediática de las aviadurías del Congreso. Cada diputado tiene 2 asesores “A” y 3 asesores “B”.