¡Ay amor…cómo me has puesto! El romance mexicano

El cine mexicano también celebro el día de San Valentín recordando películas emblemáticas

Foto: Especial

Jaime Vázquez / Colaborador de La Voz de Michoacán

“Esa mujer tan bella que hace daño”, dijo Jean Cocteau sobre María Félix. La belleza que enamoró en la pantalla y en la vida, que embrujó la lente de las cámaras porque “la vida de una actriz es sueño y si no es sueño no es nada”, como le expresó a Enrique Krauze.

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El 14 de febrero celebramos el Día del amor y la amistad, tributo contemporáneo a San Valentín de Roma. Nuestro cine, nuestro sueño, repleto de historias que en la tragedia o el final feliz recrean a los amantes complacidos o imposibles, se empeña en el sueño del que hablaba María, definición paralela del amor, porque, como escribió Xavier Villaurrutia: “Amar es prolongar el breve instante de angustia, de ansiedad y de tormento…”

Lo sabían muy bien Romeo y Julieta. Emilio Fernández hizo su vernácula adaptación de Romeo y Julieta dos veces. La primera en 1946 con María Félix y Pedro Armendáriz en Enamorada, y la segunda en inglés con The Torch (Del odio nace el amor) en 1949, la misma historia, ahora con Armendáriz y Paulette Goddard en el papel que hizo María. El amor entre los rivales: él revolucionario; ella, hija única y privilegiada. 

Ismael Rodríguez le dio su toque indigenista a la obra de Shakespeare con Tizoc (1956), en la que Pedro Infante es el orgulloso filósofo naif de la sierra de Oaxaca y María Félix la altiva hija del hacendado. Romance entre castas, amor idílico que raya en lo teológico porque, claro, María es una diosa muy carnal.

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Cantinflas actuó su versión de los amantes de Verona en 1943. En esta Romeo y Julieta dirigida por Miguel M. Delgado, Mario Moreno interpreta a un Romeo ruletero, y María Elena Marqués es Julita Capulido/Julieta.

En 1953 Luis Buñuel toma otro clásico del amor desgarrado: Cumbres borrascosas, novela de Emily Brontë, para Abismos de pasión. García Riera comenta: “los actores (Jorge Mistral e Irasema Dilián) no eran aptos para ilustrar los tormentos y exaltaciones del amor loco, pero un final delirante, muy bello, salvó la película”.  

Buñuel había convertido el amor en celos (Él, 1953), en enfermedad asesina (Ensayo de un crimen, 1955), o le había dado un toque de vecindario a Romeo y Julieta en el romance entre un pobre y una rica en El gran calavera (1949). 

Pedro Infante, que del amor hizo su vida, vuelve a la carga en El inocente (1955) de Rogelio A. González. Infante es un Romeo llamado Cutberto Gaudázar “Cruci”, mecánico, y Silvia Pinal es Mané, Julieta de familia rica.

En 1968, con guion de los Alcoriza, Julián Soler dirige una nueva versión de esta película, Romeo contra Julieta, protagonizada por la pareja rockera del momento: Angélica María (nuestra novia) y Alberto Vázquez.

El amor serpentea entre los contrarios, como en Los jóvenes (1960), de Luis Alcoriza, donde Julio Alemán es un ladrón de barrio y Adriana Roel una hija de familia que se rebela ante su circunstancia.

Alcoriza mira a la pareja de amantes imposible: María Félix es una adinerada y madura mujer sin prejuicios y Julio Alemán un doctor pobre que trabaja para la Cruz Roja en Amor y sexo (1964).

Romeo y Julieta están de vuelta para tomar posesión de Luis Fernando Peña en el papel de un chico de barrio, grafitero, que enamora a Martha Higareda, de familia rica, en Amar te duele (2002) de Fernando Sariñana.

Como el amor tiene el rostro de la diversidad, lo encontramos en Doña Herlinda y su hijo (1984) de Jaime Humberto Hermosillo; en Todos tienen a alguien menos yo (2012) de Raúl Fuentes; en Nudo mixteco (2021) de Ángeles Cruz, entre muchas otras cintas que sí se atreven a decir su nombre.

En el título de este breve repaso hacemos un pequeño homenaje a don Germán Valdés, Tin Tan, campeón de besos. ¡Ay amor…cómo me has puesto! (1950) de Gilberto Martínez Solares, es una comedia del pachuco que festeja y se queja del amor. Tal cual la realidad.

Lo escribió Octavio Paz en Piedra de sol: “es el centro del mundo cada cuarto, es la primera noche, el primer día, el mundo nace cuando dos se besan…” 


Jaime Vázquez, promotor cultural por más de 40 años. Estudió Filosofía en la UNAM. Fue docente en el Centro de Capacitación Cinematográfica. Ha publicado cuento, crónica, reportaje, entrevista y crítica. Colaborador del sitio digital zonaoctaviopaz.
@vazquezgjaime