Notimex/La Voz de Michoacán Kabul. Al menos 19 personas y 63 presuntos combatientes talibán han muerto en las últimas horas, tras la decisión del presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, de poner fin a la tregua unilateral con el derrocado movimiento fundamentalista. https://twitter.com/24h_tve/status/1013477597383049217 A menos de 24 horas de que el mandatario puso fin al alto al fuego y ordenó la reanudación de las operaciones contra el Talibán, una explosión golpeó esta tarde la oriental ciudad afgana de Jalalabad, provocando la muerte de al menos 19 personas y lesiones a otros 20. Autoridades locales informaron que un atacante suicida detonó sus explosivos cerca del complejo del gobierno de la ciudad de Jalalabad, capital de la provincia de Nangarhar, aproximadamente a las 15:00 horas locales (10:30 GMT). “La explosión dañó tiendas y edificios alrededor de la plaza Mukhaberat”, afirmó Attaullah Khogyani, vocero del gobernador provincial, tras confirmar la cifra de víctimas fatales en Jalalabab. El atentado ocurrió horas después de que el presidente afgano inauguró un hospital en Jalalabab, como parte de una gira de trabajo por la capital provincial. Ghulam Sanayi Stanekzai, jefe de Policía de Nangarhar, aseguró por su parte, la explosión fue causada por un suicida que impactó su automóvil contra un vehículo que transportaba a miembros de la minoría sikh, que viajaban a Jalalabab para reunirse con el presidente. Inaamullah Miakhel, portavoz del Departamento de Salud de Nangarhar, afirmó al menos 10 de las 19 personas que perdieron la vida en el nuevo atentado eran sikhs, y que las víctimas hubieran sido muchas más si la ciudad no hubiera sido bloqueada para la visita de Ghani. Inmediatamente después de la explosión, las fuerzas de seguridad afganas acordonaron el sitio para permitir el paso de las ambulancias que trasladaron a las víctimas al hospital, destacó el funcionario de Salud de Nangarhar. La cadena de televisión TOLOnews difundió imágenes del lugar del atentado explosivo, en las que se observan al menos un automóvil en llamas, totalmente destruido. El atentado ocurrió poco después de que el Ministerio de Defensa de Afganistán aseguró que al menos 63 insurgentes murieron en las últimas 24 horas durante las operaciones de limpieza de las Fuerzas de Seguridad Nacional Afganas (ANSF) contra el Talibán en todo el país, tras el fin de la tregua. En un comunicado, el ministerio destacó que las fuerzas de seguridad llevaron a cabo operaciones generalizadas en al menos 12 provincias del país y 13 ataques aéreos contra escondites enemigos. Las operaciones se llevaron a cabo en las provincias de Ghazni, Khost, Maidan Wardak, Pakita, Uruzgan, Badghis, Farah, Faryab, Takhar, Kunduz, Nimroz y Helmand”, precisó el ministerio. Durante las operaciones, se destruyeron escondites y escondites de armas y al menos 33 insurgentes resultaron heridos, agregó el ministerio, sin proporcionar información sobre las bajas civiles y entre fuerzas de seguridad. El atentado y la ofensiva se dan un día después de que el presidente afgano anunció la víspera el cese del fuego unilateral y ordenó a las fuerzas de seguridad afganas reanudar las operaciones contra el Talibán en todo el país. El alto el fuego ha terminado, nuestras fuerzas de seguridad y defensa pueden llevar a cabo las operaciones", afirmó Ghani la tarde del sábado en una conferencia de prensa en el Palacio Presidencial de Kabul. El Movimiento Talibán, que proclama el extremismo religioso islámico, llegó al poder en Afganistán en 1996, bajo la imposición de una de las más estrictas interpretaciones de la Sharia (Ley Islámica), que se hizo tristemente famosa a nivel internacional por el maltrato a las mujeres. Durante el régimen del Talibán, las afganas se vieron obligadas a usar la burka, una túnica que las cubre de cabeza a pies y sólo tiene una abertura a la altura de los ojos, tenían prohibido trabajar y recibir educación después de los ocho años, salvo para el estudio del Corán. El régimen fue derrocado tras la invasión de Estados Unidos a fines de 2001, luego de los atentados del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas, orquestado por el fallecido líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, quien en ese entonces se refugiaba en Afganistán, protegido por el Talibán.