Agencias / La Voz de Michoacán Ciudad de México. Mientras que en Estado Unidos la crisis de fentanilo dejó entre 110 mil y 112 mil muertos por sobredosis en 2023, según proyecciones de la Oficina de Control de Drogas, en México estos datos no se miden, ni mucho menos se lleva un registro de las distintas sustancias que se usan para mezclar la droga y aumentar sus efectos a menor costo. Sin embargo, autoridades norteamericanas alertan que el consumo de fentanilo y las muertes por sobredosis ya son un problema para México. Ciudades fronterizas como Tijuana o Mexicali han detectado muertes por esta causa desde 2022, aunque no se contabilizan de manera oficial. “Sabemos que en México apenas se empieza a hacer, pero se va a convertir en un problema a corto plazo”, anticipó el epidemiólogo forense Ethan Jamison ante 16 médicos forenses y químicos que participan en un intercambio organizado por la Oficina Internacional de Asuntos Antinarcóticos y de Aplicación de la Ley, como parte del Marco Bicentenario entre México y Estados Unidos. Jamison, quien trabaja con las autoridades forenses de Denver en la detección de los distintos tipos de drogas en los fallecidos en la capital del estado de Colorado, argumentó que México debe comenzar a medir el número de muertes por sobredosis y reportarlas de manera oficial para hacer frente a una crisis transfronteriza que ya no solo tiene que ver con el tráfico de drogas, sino con una problemática de salud pública. Mientras que en Estados Unidos la crisis estalló en 2013, en México solo una oficina forense comenzó a medir la presencia de fentanilo en los muertos, apenas hace dos años. Esa es la brecha que existe en los esfuerzos de ambos países por combatir la crisis del fentanilo, que inicia con el tráfico de precursores químicos y termina con miles de muertos en las calles. El único esfuerzo por analizar la presencia de fentanilo en fallecidos se realiza en Baja California, donde el Servicio Médico Forense, que depende del Tribunal de Justicia, realiza la detección de esta sustancia entre los cadáveres que llegan a las morgues de ciudades como Tijuana y Mexicali. Mediante una prueba rápida que cuesta un dólar, se ha logrado hallar, desde 2022, que la mitad de los 2 mil 616 fallecidos, tenían algún tipo de droga en el organismo, y de ellos, el 20 por ciento dio positivo a fentanilo. El titular del Servicio Médico Forense de Baja California, César González Vaca, explica que la crisis del fentanilo no se circunscribe a las calles de Estados Unidos, sino a todas las ciudades mexicanas de la frontera porque se trata de una problemática común. “Nosotros, al ver en las cifras de Estados Unidos que están muriendo muchísimas personas por sobredosis de fentanilo, no podíamos ser ajenos a esta realidad, y más siendo nosotros un estado fronterizo. De ahí partió este estudio y queremos seguirlo haciendo, llevarlo a otro nivel”. El especialista explica que a partir de lo que se hace en Baja California, después de reconocer que México enfrenta también un problema de muertes por sobredosis de fentanilo, el siguiente paso debe ser el análisis de otras sustancias mezcladas con esta potente droga, como la xilacina, que abarata el costo del estupefaciente. Y es que el fentanilo mezclado con xilacina provoca que la persona que lo consume no tenga un efecto inmediato cuando se le aplica naloxona para revertir el efecto mortal de la droga, toda vez que se trata de un anestésico de uso veterinario. En contraste, en otras entidades fronterizas, como Chihuahua, que tienen problemáticas similares, no se realiza este tipo de estudios entre los fallecidos, por lo que no existe una base de datos que muestre el incremento en el consumo de fentanilo y su relación con las muertes por sobredosis. Raúl Galván, titular del Servicio Médico Forense de Ciudad Juárez, reconoce que “en Chihuahua generalmente los homicidios son violentos y por arma de fuego, pero están relacionadas definitivamente con las drogas, y necesitamos tener más información para detectar el fentanilo que indudablemente nos va a llegar y nos va a afectar tanto como a los Estados Unidos”. El Departamento de Estado, a través de la Oficina Internacional de Asuntos Antinarcóticos y de Aplicación de la Ley, lleva a cabo la capacitación de funcionarios de los servicios médicos forenses para que sean capaces de, en su momento, poder detectar la presencia de fentanilo en las muertes por sobredosis y facilitar las herramientas para enfrentar la crisis que viven ambos países. “Sabemos que para ambos países el fentanilo es un reto enorme y estamos aquí aprendiendo cómo hacen cosas los forenses médicos en términos de fentanilo, porque los muertos aquí en el país han crecido bastante y para nosotros es importante apoyar a los forenses en México y entender el problema antes de que sea demasiado complicado”, señaló Alex Thurn, subdirector del programa antinarcóticos del Departamento de Estado norteamericano.