Mujeres michoacanas revelan que migran a causa de la violencia que reciben

Estas son las historias de mujeres del estado de Michoacán que ahora se refugian en Tijuana mientras piden asilo en Estados Unidos.

Foto: EFE/ Joebeth Terríquez

Redacción / La Voz de Michoacán

Tijuana, Baja California. Entre las principales razones para migrar de México a Estados Unidos por parte de las mujeres son las amenazas verbales y el abuso físico que atraviesan. Entre las migrantes que han revelado sufrir estas violencias destacan las mujeres de Michoacán, que migran para proteger a sus hijos y a sus hijas.

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Acorde con el “Reporte del monitoreo de protección en México” que publicó la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) casi un tercio de migrantes en el país necesita protección. El 13% de estas personas son madres, el 6% sobrevivientes de abuso físico, sexual o psicológico y el 4% mujeres embarazadas.

Pero en lugar de refugio, el 56% de las personas migrantes que fueron entrevistadas en el norte refirió haber sufrido algún abuso. El 27% declaró haber sido víctima de robo, el 17% haber sufrido extorsiones y el 15% haber recibido amenazas durante su tránsito
por este país.

En tanto, en la frontera sur, el Centro de Dignificación Humana (CDH) estima que el 70 % de las migrantes han sufrido algún tipo de violencia en su vida. Estas sufren “todo tipo de abuso, por parte de nuestras autoridades. Podemos decir que es el machismo, la violencia, es un delito grave. Muchas mujeres huyen del esposo que las ha violentado sexualmente, inclusive las usan como un negocio", indicó la secretaria, Elizabeth Jiménez.

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Entre las mexicanas, las michoacanas son una parte importante de este flujo migracional. Estas son las historias de mujeres del estado de Michoacán que ahora se refugian en Tijuana mientras piden asilo en Estados Unidos.

Mónica salió hace cuatro meses de su pueblo junto con sus dos hijos y una niña, todos menores de edad, porque tras presentar una denuncia por una agresión, recibió amenazas. "La fuerza sale de los propios hijos, porque uno quiere darles siempre lo mejor, que no caigan en las garras del crimen”, contó.

Una perspectiva en la que coincidió Karla, quien salió de su ciudad con sus dos hijos pequeños tras el asesinato de su esposo y a su suegro. “Salir sola con mis hijos ha sido una experiencia muy fuerte, dolorosa y triste. Mi esposo era el sustento de mis hijos, pero a final de cuentas por los hijos uno es que tiene que hacerlo”, relató.