‘¡Pueden soñar con volar!’: Llama investigadora a formar vocaciones científicas en las niñas

Alejandra Ochoa, investigadora y directora del ICTI, destaca la importancia de acercar la labor de investigación a las niñas

Daire Zúñiga / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Si bien en los últimos años se ha dado un avance en el número de mujeres dedicadas a la investigación y la ciencia, persiste todavía una brecha de género importante, por lo que es importante apoyar las vocaciones de niñas y jóvenes para que vean en estos campos una oportunidad de desarrollo y profesionalización, una oportunidad de volar con sus propias alas en los campos científicos.

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La académica y directora general del Instituto de Ciencia, Tecnología e Investigación (ICTI) de Michoacán, Alejandra Ochoa Zarzosa, informó que de acuerdo a los datos del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), en el estado de Michoacán se tienen registradas hasta el año pasado a 316 mujeres en el campo de investigación científica, mientras que el padrón de hombres es de 649 registros; “lo que demuestra que aún hay un porcentaje relativamente bajo de mujeres en el enfoque de la ciencia”.

Es decir, el 32 por ciento del padrón del SNI en la entidad está compuesto por mujeres, y el 68 por ciento se trata de hombres.

Ochoa Zarzosa mencionó que en distintas áreas de conocimiento predomina el género masculino: los datos del SIN detallan que en el área de Física y Matemáticas 138 hombres están registrados con respecto a 34 mujeres, mientras que en Ingenierías el padrón es de 133 hombres y únicamente 30 mujeres. No obstante, en el campo de humanidades la participación de las mujeres sí es más común, pues hay un 50% de investigadoras en este ámbito de estudio. Igualmente, en Ciencias Agropecuarias y Agricultura hay mayor intervención por parte de féminas, indicó la también académica e investigadora.

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Para Alejandra Ochoa uno de los grandes retos para la incorporación de las mujeres en este ámbito académico es el desaliento hacia las niñas y jóvenes que tienen interés en un acercamiento con la ciencia, el cual se genera en medio de un entorno familiar y social; “esto influye en una baja elección de ciertas opciones de ciencia, ya que las mujeres descartan dicho campo de estudio y se inclinan hacia otras disciplinas y áreas de conocimiento”, más abocadas a los roles de géneros tradicionales.

Además, mencionó que este problema se ve reflejado en las Olimpiadas de conocimiento que ha realizado el ICTI, dado que en la mayoría de las ocasiones las mujeres que participan son destacadas y obtienen primeros lugares; sin embargo, no es un factor suficiente para que las mujeres opten por la ciencia.

Por lo anterior, señaló que es fundamental trabajar en conjunto con la sociedad en general y con los docentes para crear estrategias que fortalezcan las disciplinas en materia de investigación y desarrollo científico, así como buscar opciones para incentivar a las niñas y jóvenes del estado en estas áreas profesionales.

Igualmente, destacó que es urgente visibilizar que a lo largo de la historia las mujeres han jugado un papel importante en el desarrollo de innovaciones y avances científicos, para que las niñas cuenten con referencias y sepan que también se pueden desarrollar en este tipo de profesiones.

Mencionó en la actualidad hay varias mujeres que realizan trabajos de investigación científica, por lo que hizo un llamado para que se acerquen a las niñas a través de las escuelas y muestren referencias que motiven e impulsen la elección de campos de estudio relacionados a las ciencias, tecnología e innovación.

“Es importante visibilizar el papel de mujeres científicas a través de referencias actuales, que las mujeres que realizan ese trabajo vayan a las escuelas y comunidades para que ofrezcan charlas y las niñas sepan que también se pueden dedicar a estas profesiones”, expresó.

Ochoa Zarzosa reconoció que en la actualidad hay un escenario en el que desde el ingreso a las universidades la presencia masculina supera ampliamente a la femenina, especialmente en disciplinas físico-matemáticas, lo que evidencia cómo persisten las desigualdades en la representación de mujeres en campos diversos.

Desde su papel como investigadora y académica, agregó que es importante intervenir en las etapas formativas más tempranas, desde la educación básica, para fomentar el interés y la confianza de las niñas en el ámbito científico, y de este modo, se pueda promover una cultura educativa inclusiva que reconozca el valor del aporte científico de las mujeres en la sociedad.