¿Por qué no deberías de anular tu voto? Especialistas opinan

El voto nulo se posiciona como una expresión ciudadana de inconformidad con las opciones políticas presentadas, generando un debate sobre su validez y su significado.

Foto: Víctor Ramírez, La Voz de Michoacán.

Abril García / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. En el marco de las próximas elecciones de cargos populares, el voto nulo emerge como una manifestación de la población que busca hacer visible su inconformidad con las opciones políticas presentadas. A medida que se acerca el proceso electoral, la discusión en torno a este fenómeno adquiere relevancia y pertinencia.

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En un contexto de profundo malestar democrático, el voto nulo se define como aquel sufragio emitido de manera intencional, pero que no se asigna a ningún candidato o partido en contienda. A diferencia del abstencionismo, que consiste en simplemente no presentarse a las casillas electorales, el anulismo ha sido estudiado desde su dimensión política como una forma válida de protesta hacia los candidatos que no representan a la población.

La politóloga Marietha Arellano considera que los abstencionistas desconfían por completo en el sistema democrático, mientras que quienes recurren al voto nulo reconocen que tienen influencia en factores como la situación económica o las decisiones gubernamentales. Tanto así, que deciden acudir a las urnas y presentar la boleta. Esto quiere decir que los analistas demuestran un desinterés político, pero a la vez, una afección institucional.

Acorde con el sociólogo Willibald Sonnleitner la intención del voto nulo no solo es la de visibilizar el rechazo ciudadano de la oferta partidista, sino que los políticos asimilen este mensaje y renueven sus propias filas para proponer a candidatos preparados, identificables y representativos. Sin embargo, gran parte de las personas en la dirección de los partidos no son sensibles a estos actos de insatisfacción y de protesta.

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Por el contrario, para los legisladores y los funcionarios, el voto nulo puede leerse como errores involuntarios relacionados con el analfabetismo o el desconocimiento del procedimiento electoral; anulación fraudulenta de boletas válidas para excluir a ciertos partidos; participación conformista pero apática; abstención cívica pasiva, sin preferencia política; entre muchas otras posibles interpretaciones.

Por esta razón, el especialista propone que se replique el modelo electoral instaurado en otros países en donde se integra en las boletas la posibilidad de vota “en blanco”. Esta acción permite a los ciudadanos ejercer su derecho a participar sin hacer ninguna elección entre las opciones contendientes y manifestar su inconformidad con los candidatos sin que se interprete de modos diversos.

Para Verónica Tegeiro, creadora de contenido educativo, a los políticos no les interesa la cantidad de votos nulos, sino únicamente que voten las personas suficientes para que la elección sea válida. La analista explica que a los partidos esto suele convenirles, porque tienen la posibilidad de tener electorado cautivo, acrecentando el valor del beneficiario de programa social. “Básicamente, les das incentivos para no trabajar y usar el presupuesto con fines electorales”, explicó.

Así mismo, consideró que lo prudente es analizar las opciones a los candidatos existentes y tomar una postura informada para no “lavarse las manos” respecto a las decisiones. “Esos puestos van a tener de representante a uno de lesos candidatos en la boleta quieras legitimarlos con tu voto o no”, concluyó.