Juan Carlos Huante / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Indisciplinas venían desde Carlos Morales, detonaron con Israel Hernández Pat y la crisis Canaria se acentuó con la división al interior del equipo por el “grupo” de jugadores, “a su gusto”, que trajo este último entrenador. Al final el técnico fue cesado –en la jornada 7 del Clausura 2024–, pero se quedó la herencia de un vestidor roto. “No es lo mismo una indisciplina de llegar tarde o de peso, que tiene sus multas, a una indisciplina de alcohol o de droga”. “Hubo una fragmentación, una división, por jugadores de Celaya o de América o de Santos, que eran de todo el conocimiento de Israel”, otra de las caras de la debacle Rojiamarilla que reconoce el presidente del club, José Luis Higuera Barberi. ALCOHOL Y DROGA Higuera Barberi acepta que aprendió una lección: “No debe pasar, no te tienes que acomodar (a las indisciplinas). Lo que está mal es que te enteras que esos jugadores siempre han sido así, pero han modificado su comportamiento y ante un ambiente complejo salen estas situaciones. Tal vez en lo que yo me equivoqué es darle oportunidad a las personas que piden una segunda oportunidad”. El dueño mayoritario del equipo habla del argentino Bryan Fernández y los mexicanos Javier Ibarra y Damián Torres, estos últimos dados de baja a inicios de febrero, a un mes de haber iniciado el actual torneo que está a punto de fenecer en su fase regular. Higuera recuerda: “Lo de Bryan Fernández, que fuimos muy criticados, aprendimos una lección: desde nuestra posición como Morelia, si hay un jugador que ya tiene una situación tan marcada (de adicciones), pues lo lamento por la persona, pero no podemos dar una oportunidad”. Sobre los casos de Torres e Ibarra, Higuera Barberi, dice que un jugador no se hace indisciplinado “porque pierdes tres partidos y te vas a beber antes de un día del encuentro. No. En consecuencia, estos patrones debe considerar en adelante en la selección de un jugador, “tenemos que ser más profundos” y “cualquier jugador que tenga ese tipo de historias es mejor no tenerlo”. Este martes, al mandamás del Atlético Morelia habló franco en un encuentro con medios de comunicación en la sala de prensa del Estadio Morelos, donde aclaró que a un jugador no se le rescinde el contrato por bajo rendimiento, solo por indisciplina. “Para mí es gravísimo que llegues a entrenar alcoholizado, ni siquiera te reportaste enfermo, el respeto que tienes a tus compañeros, al cuerpo técnico, a la dirección deportiva, al club, que ni siquiera tener el valor de decir no voy, me quedo en mi casa, ya llegar alcoholizado a entrenar, me parece algo gravísimo que perdimos como institución, que es el respeto a nosotros mismos”. No hubo indisciplinas a este grado con Valiño, tampoco con Gabriel Pereyra, entonces ¿desde cuándo? “Cuando empieza el equipo muy mal con indisciplinas es cuando llega Carlos Morales”, exhibe el “Presi”. – ¿Carlos fue permisivo?, se le cuestiona. –No. Son filosofías, y en eso yo no me voy a meter, porque, también, ¿quién elige a los capitanes? El grupo y el técnico, y ve qué capitanes eran (Torres e Ibarra) y ve los cambios”. Hay que ir a las causas de las situaciones –agrega Higuera–. “No es de hablar porque sí: Damián era capitán y ve lo que te hace; Ibarra era capitán y ve lo que te hace. Y ya venían previo con Carlos”. EL DETONTANTE Y EL “GRUPO DE LA DISCORDIA” Damián Torres y Javier Ibarra llegaron alcoholizados a un entrenamiento en la gestión de Israel Hernández Pat. El directivo Canario muestra un dejo de justificación: “¿Qué hizo Israel?, que también pienso que fue un error, trajo a sus jugadores y a su grupo, y Damián e Ibarra no eran de ellos”. “Hubo una fragmentación, una división, por jugadores de Celaya o de América, o de Santos, que eran de todo el conocimiento de Israel”. “Creo yo que no hubo una correcta gestión para no partir el plantel”, y “esto dicho por los (propios) jugadores”, aclara Higuera. “Los dos indisciplinados tenían un tema complicado con Israel por esa división y una recriminación de porqué tal capitán cuando eran otros. El equipo se partió en el tema de grupo”, reitera. Ahora está consciente que no se pueden traer 6 o 7 jugadores del gusto de un técnico porque estuvo en otro lado, “se traen porque tienen las condiciones, pero no porque los conozco hay que traerlos. No es que sean buenos o malos jugadores, aquí vienen para hacer grupo, porque quienes ganan siempre son los grupos unidos, a pesar de que unos juegan y otro no, y es lo que perdimos” –insiste en que esto de lo dicen los jugadores, tanto los que están en el bando A como en el bando B. “La división, seamos lógicos, no se va a acabar, podría limarse un poquito”, reconoce, pero precisa que “no fue Israel, sino cómo se armó el plantel. Para mí es un gran técnico, el empezar con una percepción con los jugadores anteriores, importantes capitanes, que eran desplazados porque llegó otro grupo y en el liderazgo se dividió ese grupo, creo que ahí es el problema”. “No es culpa de Pat, el liderazgo que parece que se imprimió, pasó algo en el grupo que lo dividió, y eso es lo que me dijeron y luego ves y es muy notorio, una falta de compromiso o que bajamos el nivel de preparación física”.