Juan Carlos Huante / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Oriundo de Tepalcatepec, Michoacán, Salvador Rangel Mendoza, obispo emérito de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Guerrero, ha sido localizado, después de reportarse desaparecido desde el pasado 27 de abril. La tarde de este lunes, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió un comunicado solicitando “enérgicamente a las autoridades de los tres niveles de gobierno su pronta y decidida intervención para su localización”, como al gobierno federal y a los gobiernos estatales de Morelos y Guerrero, así como a los municipales correspondientes. Dos horas después, la misma CEM confirmó que el obispo fue localizado y se encuentra en el Hospital General “Dr. José G. Parres”, en Cuernavaca, Morelos. Aplaudido por unos, criticado por otros, Salvador Rangel Mendoza ha estado envuelto en la polémica por sus reuniones con líderes de la delincuencia organizada en Guerrero, en busca de la pacificación, como él mismo lo ha confirmado en diversas ocasiones. En declaraciones recientes reveló que estaba amenazado de muerte, sin saber si por parte del gobierno o de los líderes criminales. ¿QUIÉN ES SALVADOR RANGEL MENDOZA? Sacerdote de la Orden de los Frailes Menores Franciscanos de la Provincia de San Pedro y San Pablo, en Michoacán, nació en Tepalcatepec, de la Tierra Caliente michoacana, el 23 de abril de 1946. Sus primeros estudios hacia el sacerdocio los realizó con la Cofraternidad de los Operarios de Cristo, posteriormente ingresó con los franciscanos. Se formó en Querétaro, Zacatecas y en el Paso, Texas, en Estados Unidos. El 24 de noviembre de 1970 realizó la primera profesión de sus votos religiosos y la profesión perpetua el 19 de diciembre de 1973; poco más de seis meses después, el 29 de junio de 1974, recibió la ordenación sacerdotal por la imposición de manos del entonces obispo de Celaya, Guanajuato, Victorino Álvarez Tena. Ministerio sacerdotal En territorio de la Arquidiócesis de Morelia ha desempeñado gran parte de su ministerio sacerdotal, como parte de la Provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacán, que alcanza territorios de Chihuahua, Ciudad de México, Guanajuato y Querétaro, así como del Paso, Texas, en Estados Unidos. Antes de consagrarse obispo, desempeñó los siguientes cargos tanto en la Arquidiócesis de Morelia y la diócesis de Celaya, como en Roma, Italia: • 1974-1978: Encargado de la promoción vocacional en su Provincia religiosa • 1978-1981: Vicario parroquial en la parroquia de San Francisco de Acámbaro (Arquidiócesis de Morelia) • 1981-1987: Párroco en San Pedro, Nuevo Chupícuaro (Arquidiócesis de Morelia) • 1984-1987: Vicario Foráneo y Definidor Provincial (por tres períodos) y Decano en la Arquidiócesis de Morelia • 1987-1993: Párroco en San Francisco de Acámbaro (Arquidiócesis de Morelia) • 1993-1997: Colaborador en la Custodia de Tierra Santa, en Palestina • 1997-1998: Director Espiritual y luego Rector del Seminario Menor Franciscano en Celaya, Guanajuato • 2001-2004: Ecónomo y Administrador del Colegio Internacional Antonianum, en Roma • 2006: Vicario Episcopal de la Zona Pastoral de Nuestra Señora de la Luz, de la región de Acámbaro, y Consultor de la Arquidiócesis de Morelia. • Entre otros cargos destaca ser el director de las Casas Nova en Tierra Santa, Nazaret y Jerusalén (Israel); también Postulador de la Causa del Siervo de Dios Don Vasco de Quiroga, primer Obispo de Michoacán, y segundo Postulador en la causa de Fr. José Pérez, OFM y Compañeros Mártires. Ministerio episcopal En 2009 fue nombrado obispo de Huejutla, Hidalgo, el 12 de marzo, por el papa Benedicto XVI y recibió la consagración episcopal de parte del entonces Arzobispo de Morelia, el cardenal emérito Alberto Suárez Inda; tuvo como co-consagrantes al Nuncio Apostólico en México, Christophe Pierre, y al obispo emérito de Huejutla, Salvador Martínez Pérez. Posteriormente se le encomendó el cuidado pastoral de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, en el estado de Guerrero, tomando posesión el 28 de agosto de 2015. El 23 de abril de 2021, al cumplir los 73 años de edad, Salvador Rangel Mendoza presentó su renuncia al ministerio episcopal, como dicta el Código de Derecho Canónico, la cual fue aceptada por el papa Francisco, y en su lugar nombró al obispo José de Jesús González Hernández. ENVUELTO EN LA POLÉMICA El obispo estuvo en el foco nacional y envuelto en la polémica en 2018, durante el proceso electoral local y federal, pues reveló que se reunió con líderes de la delincuencia organizada, ante los asesinatos de aspirantes a un cargo de elección popular, para abogar por el cese a la violencia en la región. Según Rangel Mendoza, los capos se comprometieron no interferir más y a respetar la vida de candidatos a cambio de dos condiciones: la primera, que los políticos no repartan dinero para comprar el voto, sino que realicen obras en la sierra; la segunda, que cumplan sus promesas de campaña por la molestia de la gente ante la indiferencia del gobierno y la política. En declaraciones más recientes, el emérito reveló que los cuatro obispos de las diócesis de Guerrero se reunieron con líderes del narcotráfico, a principios de este año; sin embargo, no se logró llegar a un acuerdo debido a que “uno de esos grupos se obstina y sigue peleando lo suyo, queriendo lo suyo, y no cedió para nada”. Pero celebró el intento que consideró valioso por parte de los prelados guerrerenses, de acercarse a los narcotraficantes, “porque creo que es muy importante llegar a las cabezas, porque si se está dialogando con gente menor, no se llega a nada, porque los jefes son los que deciden, y yo creo que el diálogo es un instrumento de oro que tenemos, el diálogo siempre se ha utilizado, y dentro de la Iglesia también, cuando ha habido esas grandes pacificaciones, por ejemplo Cuba con Estados Unidos, de Argentina también; entonces creo que es una cosa buena, positiva”, dijo en entrevista con Azucena Uresti, en Radio Fórmula, en febrero. Agregó que si no se llegó a un acuerdo en su momento, confía en que sí se dé algún día de estos. Incluso reveló que él ha sostenido más reuniones con jefes criminales, en busca de la pacificación, y también destacó que ha recibido amenazas. “Estoy amenazado y le voy a decir, hasta sentenciado a muerte, yo no sé si por el gobierno o por estos capos, pero yo sigo en la línea y yo, por ejemplo, estuve a punto de reunirme con ellos hace dos días con un grupo, pero hubo un incidente por ahí y ya no lo pude hacer”. “Yo sí les prometo que seguiré trabajando por la paz de Guerrero, y en cuanto sea posible y me den la oportunidad estos señores, voy a seguir dialogando con ellos”.