Entrevista a Guillermo Rendón y la valiosa sonrisa de un vecino de la obra

La magia del cine dedicada a visibilizar la importancia de la otredad y la retribución a su trabajo desde adentro

Fotos: Rita Gironès

Rita Gironès colaboradora de La Voz de Michoacán

El tiempo y el esfuerzo que conlleva la práctica del cine de animación son extraordinarios. Desde Brinca Taller de Animación, la obra de Guillermo revela una estrecha relación con la vida y con el mundo tan real y complejo. En sus animaciones, los sentimientos ocupan un papel fundamental: se trata de conectar con la humanidad. Mirarnos los unos a los otros, sonreírnos, sentir que no estamos tan solos. Esta representación de un mundo mejor y más consciente parece utópica, pero el artista lo hace posible. Sus historias nos obligan a creer, a intentarlo una vez más, hoy y mañana. Cualquier pieza del complejo engranaje que somos será crucial. Aquí todos cuentan. La magia del cine dedicada a visibilizar la importancia de la otredad. Y la mayor retribución a su trabajo será el reajuste de la mirada, la renovada voluntad desde adentro.

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¿Qué querías ser de niño?

¡Oh! (Pausa. Lo piensa) Lograste crearme un nudo en la garganta. Quería hacer monitos. No sabía si animados o fijos, pero quería dedicarme a esto y aquí estoy.

¿Qué quieres ser ahora?

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Seguir en esto. La industria de la animación y del cine, ha crecido para todos lados, pero es una industria traicionera de alguna manera, es difícil vivir en ella. Hay días en que uno se harta y dice “a partir de mañana, ¡quiero poner un restaurant!”, pero no es cierto. Son historias que Memo, de repente, se crea. Luego cuando veo la película digo “qué maravilla que hicimos esto, quiero volver a hacer otra cosa parecida a esto”. Quiero seguir haciendo animación y, así como hemos llevado nuestras historias, seguir tocando temas sociales e infantiles. Es hacia allá donde queremos ir. Y no solamente yo, sino el taller de animación que es Brinca Taller de Animación. Atrás queda hacer comerciales. Aquí es donde está lo que realmente nos vale la pena.

¿Cuál es tu aliciente para seguir en la animación?

Quiero lograr que la gente se sienta acompañada. Que todos podamos voltear y vernos unos a otros, y darnos cuenta que no estamos solos. Es necesario abrir los ojos para que esto funcione, estamos a unos niveles muy graves en todos los aspectos (de violencia, en la política, por ejemplo) y si podemos lograr que la gente diga voy a sonreírle a mi vecino, con eso.

¿En qué favorece el cine a un mundo tan caótico?

Mira, yo nací viendo caricaturas, y en todas terminaba riéndome. ¡Eso es importantísimo! El cine nos ayuda a reírnos, a sonreír. Entonces creo que va por ahí…

Principal rasgo de tu carácter.

Tímido. No me gusta hablar.

¿En qué momento decides hacer de la animación un camino?

En el momento que descubrí poder ser alguien más. A fin de cuentas, un animador es un actor que no está frente a las cámaras. De esta manera puedes expresar lo que traes, mediante la cara de un perro o de un monstruo espacial, pero comunicar aquello que quieres.

¿Qué valor le das a las palabras? ¿y al silencio?

Me gusta escuchar a la gente. Me cuesta trabajo hablar, cuando otros no pueden parar de hablar, yo he preferido quedarme callado. Después, cuando hay que decir las cosas, las digo, pero no estoy en primera fila gritando para que me escuchen. Me gusta observar, escuchar y participar llegado el momento.

El arte, ¿conlleva un discurso político o poético?

Lo que pueda hacer la sociedad sin estar subyugada a la política, debe hacerlo. No creo en los políticos, pareciera que viven en un mundo aparte donde sólo ven para ellos mismos. En cambio, el arte por sí mismo encuentra la manera de mover a la sociedad para transformar al mundo.

¿Qué temas te interesan?

Me interesa la temática social, los derechos humanos, el medio ambiente, los niños y la educación que estos puedan recibir, que sepan querer y sonreírle a su amigo.

¿Qué películas ves en tus ratos libres?

Veo mucha animación, trato de aprender de todo lo relacionado con mi trabajo: la técnica, el estilo, el género, etc. Pero, principalmente, me fijo en lo que trasmiten y cómo lo trasmiten. La idea, el guion, el cómo se cuentan las historias es lo más importante. De nada sirve una película que cueste 200 millones de dólares si no es capaz de decir algo. Prefiero la historia de un chavo que agarra su teléfono y cuenta algo que valga la pena ser contada.

¿De qué te sientes orgulloso?

De lo que estamos haciendo. No creo que esté cambiando al mundo, eso sería muy soñador, pero por lo menos estamos logrando que la gente abra sus ojos y vea la realidad de otra manera. Tú puedes crear pequeños cambios que produzcan un efecto.

¿Con qué personaje histórico te sentarías a platicar y de qué?

Me hubiera encantado sentarme a platicar con Frédéric Back, un animador extraordinario canadiense. Toda su obra es fantástica, es linda, su trabajo me ha llegado y conmovido hasta las lágrimas.

Memo, ¿qué es para ti la Cultura?

La Cultura es ese oleaje, poder empaparte de todo lo que te rodea. La Cultura viene en diferentes envases y nos toca ir abriéndolos para saber qué nos conmueve y qué no. Necesitamos tirarnos de cabeza a todo lo que hay a nuestro alrededor.


Rita Gironès, escritora, docente y artista escénica. Catalana y mexicana. Lleva 20 años residiendo en Michoacán trabajando activamente por la cultura. Apasionada de las Humanidades, obtiene el Premio Nacional de Dramaturgia en México, 2022.
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