Agencias / La Voz de Michoacán Estados Unidos. Un informe difundido por la Sociedad Americana de Cáncer indica que el uso habitual de aspirina está vinculado a la estimulación de la respuesta inmunitaria contra el cáncer. Para investigar los efectos, se analizaron a varios pacientes intervenidos entre 2015 y 2019. Ellos consumían el medicamento, que es conocido por ser usado para bajar la fiebre y aliviar el dolor leve. Un estudio, que fue publicado el 22 de abril de 2024, en la base de información de la organización, incluyó a 238 pacientes que eran consumidores de aspirina. Según los hallazgos, el uso de esta tendría algunas respuestas inmunitarias que ayudarían a prevenir el cáncer colorrectal (CCR). En el análisis, se comprobó que la exposición de las células con este fármaco provocó una proteína llamada CD80. En el grupo de pacientes que tomaron aspirina, los tejidos mostraron una menor propagación del cáncer a los ganglios linfáticos. Es decir, se filtraron una mayor cantidad de células inmunes y se demostró una actividad en contra de tumores. El especialista Maen Abdelrahim, oncólogo del Hospital Metodista de Houston, asegura que este proceso, "está estimulando el sistema inmunológico y está ayudando al sistema inmunológico". ¿Qué es el cáncer colorrectal? Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), "el cáncer colorrectal es una enfermedad en la cual las células en el colon o el recto se multiplican sin control. Algunas veces se le llama simplemente cáncer del colon". MedlinePlus comparte que, en su mayoría, comienza como los pólipos no cancerosos. Sin embargo, lentamente se convierten en la enfermedad. Las personas que tienen mayor riesgo de padecerla son aquellos que fuman, beben alcohol, tienen sobrepeso, consume una dieta baja en fibra y rica en grasas. Además, llevan una dieta pobre en verduras y frutas. Entre los síntomas, el sitio de información en línea provisto por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, señalan algunos signos que debe tener en cuenta: Sensibilidad y dolor abdominal en la parte baja del abdomen. Sangre en las heces. Diarrea. Estreñimiento u otros cambios en las deposiciones. Heces delgadas. Pérdida de peso sin ninguna razón conocida.