Arved Alcántara / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. El domingo cerró la elección para la aplicación del Presupuesto Participativo en Morelia. La iniciativa del gobierno municipal fue recibida con decenas de proyectos y un buen ánimo; sin embargo, con el pasar del tiempo ha recibido críticas tanto por el método de selección de proyectos como por una plataforma que permite la captura de votos con sólo tener los datos de cualquier credencial del INE. “Es una medida que está en la normatividad estatal, pero que se ha aplicado muy poco y deficientemente en nuestra entidad federativa”, expuso en su valoración Erik Avilés Martínez, doctor en Ciencias del Desarrollo Regional por parte de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) y especialista en políticas públicas. En este caso, reconoció que la implementación de una bolsa por 21 millones de pesos para que la sociedad definiera diversos proyectos para fondear “es un primer paso que genera una percepción favorable por iniciar a tomar en cuenta a la ciudadanía para decidir la inversión pública”. No obstante, “es una medida incipiente, que necesita de muchas adecuaciones y mejora continua para que se alcancen los objetivos planteados y, sobre todo, lo estipulado en la Ley de Mecanismos de Participación Ciudadana del Estado de Michoacán, así como en la Ley Orgánica de los municipios de Michoacán”, ponderó el también exconsejero ciudadano. Sobre la plataforma digital diseñada por el Ayuntamiento de Morelia para la captura de votos, apuntó que “ha presentado una gran cantidad de áreas de oportunidad y generado suspicacias, toda vez que se ha demostrado públicamente que es posible engañar al sistema”. Esta casa editorial ha recibido denuncias y ha comprobado que para votar sólo se necesitan algunos datos como CURP y OCR que vienen en la credencial del Instituto Nacional Electoral (INE), pero no se estableció un método de autentificación que compruebe que quien introduce los datos es dueño del documento, por lo que cualquier persona con acceso a estos datos (por ejemplo, vía copias o recolección de plásticos) puede ejercer el voto en nombre de alguien más. Además, Erik Avilés argumentó que “la utilidad real de las obras propuestas no ha sido debidamente transparentada, toda vez que no hay un análisis ni sistematización de los proyectos que nos permita conocer su evaluación obtenida en cuanto a criterios técnicos como la factibilidad técnica u operativa, el total de beneficiados, el impacto y duración del beneficio que reciben, el costo de oportunidad respecto a las demás obras y proyectos, el costo/beneficio y el costo/eficiencia, entre otros criterios”. El jueves pasado, durante la presentación pública de algunos de los proyectos, representantes de colonias con obras propuestas coincidían en que más que un voto era necesario la instalación de un comité que evaluara la viabilidad y urgencia de las obras, pudiendo este órgano estar integrado también por quienes promovían los diversos proyectos. Avilés Martínez sugirió que al haber poca información sobre los gestores que promueven esas obras, estos incluso pueden ser actores políticos, operadores electorales, funcionarios del ayuntamiento y hasta ministros de culto: “es decir, no sabe la ciudadanía quién cobrará el favor a los ciudadanos”. Bajo este análisis, el también presidente de Mexicanos Primero Michoacán ponderó algunas sugerencias para ejercicios futuros sobre esta línea, como generar medidas confiables, transparentes, ágiles y trazables para la implementación del presupuesto participativo. En segundo lugar, exhortó a conformar indicadores para la evaluación del presupuesto participativo como medida de política pública. Llamó también a realizar un programa permanente de formación ciudadana, dado que “existen 18 mil personas en situación de analfabetismo en Morelia, quienes deberán tener los mismos derechos a proponer y a votar que los ciudadanos que saben hacer proyectos ejecutivos”. También consideró urgente el impulso a que el voto sea libre y directo, si es que se mantiene este tipo de mecanismo. Así también “evitar, por todos los medios legales al alcance de la autoridad, que haya medidas clientelares; que los funcionarios propongan medidas para mejorar sus propias dependencias”. Erik Avilés abundó que sería importante cuidar en lo sucesivo que estas medidas se realicen al inicio de la administración municipal, e incluso implementar todo un sistema de gestión participativa, que involucre realmente a la ciudadanía durante el ciclo completo de la política pública; es decir, desde la planeación, presupuestación, ejecución, evaluación y contraloría social, en un proceso de mejora continua. También llamó a procurar involucrar y articular a los instrumentos de planeación municipal para el desarrollo, como es el Plan Municipal de Desarrollo a este tipo de ejercicios. Como meta, también propuso elevar hasta al menos un 50 por ciento la participación ciudadana en la votación y, para que el programa realmente sea significativo para la ciudadanía, alcanzar al menos un 33% del presupuesto programable del ayuntamiento de Morelia para destinarlo a los presupuestos participativos.