Se gradúa como abogado el asesino de los hermanos Peña Coss, en Nuevo León

El “asesino de Cumbres” fue el protagonista de uno de los crímenes más dramáticos y conocidos del estado de Nuevo León.

Redacción / La Voz de Michoacán

Monterrey, Nuevo León. Este fin de semana, Diego Santoy Riveroll, sentenciado a 71 años de cárcel por el homicidio de los hermanos Peña Coss, se graduó de la licenciatura en Derecho y Ciencias Sociales dentro del centro penitenciario de Nuevo León.

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En un evento sin precedentes en la reinserción social dentro de un centro penitenciario, 20 personas privadas de su libertad del Centro de Reinserción Social de Cadereyta concluyeron sus estudios en línea en la Universidad Ciudadana (UC).

La ceremonia de la generación de estudios 2019-2024 de la universidad se realizó este fin de semana y estuvo encabezada por el Secretario General de Gobierno, Javier Navarro Velasco, quien entregó reconocimientos a los graduados. Así mismo, asistió la titular de la Secretaría de Educación Sofialeticia Morales Garza y el senador Luis Donaldo Colosio, quien fue el padrino de la generación.

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Entre los graduados, se encuentra el protagonista de uno de los crímenes más dramáticos y conocidos del estado de Nuevo León. Diego Santoy Riveroll fue sentenciado en 2006 por el doble homicidio de los hermanos Peña Coss, a quienes asesinó dentro de su domicilio.

El Caso de Cumbres

El incidente ocurrió el 2 de marzo del 2006 en la Colonia Cumbres de Monterrey, cuando el inculpado de entonces 21 años ingresó a escondidas a la casa de la familia para arreglar la relación con su exnovia, Erika Peña Coss de 19 años.

Se dirigió hasta la habitación de la joven allí, quien le reclamó el haber entrado a su casa y comenzaron a discutir. Ante los ruidos por la discusión, sus hermanos Erik Peña Coss, de 7 años, y Fernanda Peña Coss, de 3 años, bajaron de sus cuartos.

Ante esto, el asesino enfureció y asesinó con un arma blanca a puñaladas al niño y con una cuerda del cortinero a la niña. A su vez, golpeó a su expareja de 19 años tras golpearla con un martillo y la abandonó, dándola por muerta.

El 7 de marzo de 2006, el asesino fue capturado en Oaxaca y trasladado a Monterrey junto con su hermano, quien enfrentaba otro proceso legal por posesión de cocaína. Ambos intentaban fugarse a Guatemala.

Fue sentenciado a 138 años de prisión y pagar una indemnización a los deudos de las víctimas. La defensa legal logró reducir su sentencia a 71 años y el pago de una reparación de daños de 337 mil 760 pesos.