Fragmentaciones al Límite: De la curaduría y reflexión de lo social en el arte

La labor del curador al interior de un museo tiene como responsabilidad el cuidado delicado que apela a la memoria de un espacio neutral

Foto: Lilia Prado Canchola. Curadora de la exposició

José Roberto Morales Ochoa colaborador de La Voz de Michoacán

La labor del curador al interior de un museo, enfrenta retos, con ciertos temas, que implican tratamientos especiales como lo pueden ser las lecturas y el análisis metodológico desde lo social, que en muchas ocasiones consisten en deambular y proponer el diálogo en los territorios de las heridas de una sociedad, o de una nación. Por lo que el reto de la institución museal en diálogo con el artista, es convertir un espacio museístico en un escenario de reflexión donde las sensibilidades se vuelven latentes; con ello, la responsabilidad y el cuidado deben ser delicados, apelando a la memoria de un espacio neutral y propicio.

PUBLICIDAD

Durante 2024, en el Museo Nacional de la Estampa de la Ciudad de México, el artista Carlos Soto propone la exposición Fragmentos Al Límite, donde reúne 44 obras gráficas, así como otras 3 en soportes audiovisuales, que tienen como temática una serie de sucesos sociales, como lo fueron el asesinato de 43 estudiantes de Ayotzinapa desparecidos y asesinados entre el 26 y 27 septiembre de 2014; el sismo del 19 de septiembre de 2017; la pandemia por COVID-19 en México durante el 2020 y los movimientos feministas en nuestro país a partir del 8 de marzo de 2020. Todos los sucesos son elegidos por el artista, porque han impactado de múltiples formas a nuestra sociedad, y encuentran un punto de reflexión a partir de la serie: Crear, destruir y preservar, proyecto que el autor desarrolló durante dos años, como parte del programa de Jóvenes creadores (2020 – 2021). El proyecto es recibido por el Museo Nacional de la Estampa (MUNAE) y sometido al trabajo de curaduría de Lilia Prado Canchola, responsable de Diseño y coordinación de Exposiciones temporales del museo, con quien pudimos conversar, compartiéndonos parte de su experiencia en torno al desarrollo de esta exposición.

Acerca del artista

Carlos Soto (Ciudad de México, 1986), egresado de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, Carlos Soto, cuyo seudónimo es Xchams, se alimenta de un entorno que interviene con diferentes técnicas y estrategias, como son el arte urbano, el esténcil y la gráfica contemporánea. Es también co-fundador del espacio cultural La Buena Estrella. Soto ha representado a su taller en importantes eventos nacionales como A Tiro de Fuego y ha colaborado en múltiples proyectos urbanos. Su obra refleja una fuerte conexión con el entorno urbano, expresada a través de murales e intervenciones en lugares emblemáticos de México.

Acerca de la curadora

Lilia Prado Canchola es Historiadora del Arte por la Universidad Iberoaméricana, durante 2000 y 2002 participó en el equipo de trabajo de fundación del Museo Arte Alameda, del 2002 al 2009 trabajó en la dirección de desarrollo del INBAL donde realizó fondeo de recursos para exposiciones importantes como:  El mundo invisible de René Magritte del 2010, el Homenaje José Luis Cuevas, Homenaje Nacional Diego Rivera. Epopeya mural, y Frida Kahlo 1907-2007 Homenaje Nacional en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Desde 2012 colabora en el MUNAE en diversas áreas, principalmente curaduría, exposiciones itinerantes y actualmente en diseño y coordinación de exposiciones temporales. Algunas de sus curadurías más recientes son: “Mexiac. Legado de libertad. Donación Patricia Salas” y "Vicente Rojo X Ojor Etneciv. Retrospectiva Gráfica 1969-2020”. En  2022 formó parte del jurado del comité de selección y premiación de la XIII Bienal Nacional de Pintura y Grabado Alfredo Zalce, certamen realizado en Morelia, Michoacán.

PUBLICIDAD

¿Qué veremos en la exposición?

El recorrido por la exposición es notable por su colorimetría donde el cuidado de la curadora proporciona simbolismos, que ella nos muestra y comenta: Los colores de los núcleos temáticos de la exposición “Fragmentaciones al límite. Carlos Soto” que elegí representan una emoción. El morado es representativo del 8M y el rosa es un color muy mexicano inspirado en Ramón Valdiosera Ozuluama (Veracruz, 1918 - 2017) artista multidisciplinario que presentó en 1949 en Nueva York una colección con el color rosa bugambilia. Lo cuestionó la prensa  y respondió que el rosa intenso era característico de la cultura mexicana, que podía encontrarse en juguetes, textiles e incluso en los dulces autóctonos. La respuesta fue “…so it is a mexican pink” , a partir de ese momento a ese tono se le conoce en el mundo como rosa mexicano. Los temas de COVID-19, 2020 los encontramos en azul alusión al hospital al igual que las matrices utilizadas por el artista la cánula nasal, el tanque de oxígeno, la filipina de enfermera, el cubrebocas; también hubo cuidado en los colores rojos y verdes, que acompañaron al terremoto del 2017 y  los movimientos de disolución, como una alegoría a la vida.

La exposición está conformada por 44 obras, que dejan de manifiesto los procesos creativos dentro del taller en las técnicas de: xilografía, linoleografía, serigrafía, barniz blando, huecograbado, punta seca, dibujo en acuarela y tinta china, body paint, monotipo y esténcil, que se aprecian en la obra del artista muy cercano con su entorno y con la construcción y transformación continua de identidades personales y colectivas en la búsqueda de un arte dinámico, como un instrumento de crítica y de denuncia social temporal, donde un fragmento de la imagen se suma a un todo. Es posible que nos encontremos con fragmentos de matriz (placas de linóleo) conformando collages y formas geométricas únicas, rompiendo con ello, la cadena de reproductividad en serie de la colección.

Acerca de los núcleos, son elegidos cuidadosamente, según Prado Canchola: El papel de la curadora es a través de la selección fina de obras y del trazado de un  guion curatorial, para que el público pueda tener una lectura clara del trabajo que realizó Carlos Soto entre los años 2020 al 2024. Se inspira en sucesos sociales, como los 43 estudiantes desaparecidos de  Ayotzinapa, a siete años del terremoto del 2017, o también a 4 años de la pandemia COVID-19.

Puntualmente los núcleos se dividen: Memoria de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos y asesinados en 2014, Carlos Soto crea retratos en estampas. La hipótesis más aceptada sobre el ataque es que los estudiantes, sin saberlo, amenazaron la logística de una red de narcotráfico. Las familias aún reclaman justicia, y Soto empatiza con este símbolo de lucha social. El sismo del 19 de septiembre de 2017 con magnitud de 7.1 grados dejó una profunda huella en México. Carlos Soto, como brigadista, ayudó a las víctimas llevando comida y medicinas; sus obras reflejan el colapso y la devastación del paisaje tras el sismo.  La pandemia de COVID-19 en México desde marzo de 2020, es plasmada en la gráfica de Soto como una crisis de salud global. Contagiado y afectado por la pérdida de seres queridos, refleja estas vivencias a través de estampas, cartas y monotipias de flores. Núcleo del 8 de marzo de 2020, el feminismo en México se hizo presente en una histórica movilización. Soto colaboró con artistas y colectivos: Coatlicue SiempreViva (Puebla) y Las Voces de Lilith (CDMX), en la creación de piezas colectivas de carteles y arte urbano; apoyando la causa de la equidad y visibilizando la importancia social y económica de las mujeres.

Acerca del Museo Nacional de La Estampa (MUNAE)

Fue fundado en 1986, en un inmueble que data de los últimos años del siglo XIX y que, se cimentó sobre el cementerio atrial de la Parroquia de la Santa Veracruz, una de las primeras parroquias de la Ciudad de México. Este museo tiene como misión promover y divulgar la obra gráfica de artistas mexicanos y extranjeros, abarcando diversas tendencias estéticas. Actualmente, el MUNAE cuenta con una impresionante colección de más de 12 mil obras, incluyendo estampas, ediciones, libros de artista y matrices originales.

La exposición Fragmentos al Límite de Carlos Soto, se puede visitar de martes a domingo de 10 a 18 horas en el domicilio de la Av. Hidalgo 39, Centro Histórico de la Ciudad de México, Guerrero, Cuauhtémoc, 06050 CDMX. Con un costo de admisión para público general de $65 pesos. Entrada gratuita de martes a sábado para maestros y estudiantes presentando credencial vigente, beneficiarios de INAPAM, personas con discapacidad y menores de 12 años. Domingos: entrada libre general.


José Roberto Morales Ochoa, promotor y gestor cultural, con especialidad en museografía, museos y centros culturales.
Instagram: @jrobertomorales
Email: imrobertomorales@gmail.com