Víctor E. Rodríguez Méndez colaborador de La Voz de Michoacán Neige fue violada sistemáticamente de los nueve a los 14 años por su padrastro, con quien vivía junto a su madre, su hermana y dos hermanastros. Cansada de callar, a los 19 decidió romper su silencio y se lo dijo a su madre, con quien meses después fue a denunciar a su agresor. El criminal fue sentenciado a nueve años de cárcel, después de un juicio abierto —por decisión de ella— en el que, sorprendentemente, hubo personas que testificaron a favor del violador. Sobre su historia de abuso sexual infantil Neige Sinno escribió Triste tigre (Anagrama, 2024), en el que, a la par que reflexiona sobre el horror que vivió y la posibilidad de escribir sobre ello, busca la verdad de una manera sincera y abierta: «Una verdad», escribe en su libro, «difícil de determinar, difícil de formular, una verdad más allá de las apariencias». La autora francesa —nacida en 1977 en la región de los Altos Alpes— ha dicho reiteradamente que Triste tigre no es sobre su propia historia, sino sobre la de miles de personas en el mundo que sufren o han sufrido abuso sexual infantil, porque «el tabú en nuestra cultura no es la violencia sexual en sí, que se comete con frecuencia, sino hablar de ella, pensarla, analizarla». Neige Sinno, escritora y traductora, estudió Letras y a los 23 años salió de Francia hacia Estados Unidos gracias a una beca. “Estaba joven y para mí fue muy positivo: era como una aventura de la juventud”, según refiere. Foto: Víctor E. Rodríguez Méndez Viajó después y llegó a México, donde desde hace 15 años ha vivido en una casa situada a unos cinco minutos de Pátzcuaro. Ahí radica con su pareja y su hija adolescente, nacida en tierras michoacanas. La ciudad lacustre es un lugar donde ha sido muy feliz, señala en entrevista: “Es un lugar donde nos hicimos poco a poco, con una casa y muchos amigos: un lugar propio aun sin integrarnos del todo, porque nunca lo vas a hacer siendo extranjero en un lugar así. La acogida ha sido bellísima, la relación con la gente y con mucha paciencia y respeto, con el límite de que no nos vamos a transformar en patzcuarenses. Ha sido una experiencia muy bella”. A la fecha, su libro ha vendido más de 300 mil ejemplares en sus ediciones en francés, catalán y español, en tanto que se prepara su traducción a otros 20 idiomas. Toda una bomba literaria que a Neige Sinno la ha llenado de sorpresa y estupor. Nos cuenta que el impacto de su libro le fascina por diversas maneras. “Es algo que todavía no entiendo bien. Es una sorpresa total, un éxito, y es muy bello tener en vida esa experiencia de repente, ese sueño de tener lectores que se hace realidad, pero no entiendo bien cuáles van a ser las consecuencias en mi trabajo y en mi relación con la gente; tiene su lado un poco angustiante también”. Por ahora, dice, está disfrutando de ese entusiasmo: “Sobre todo, esa apertura en las presentaciones, como cuando hablo con la gente y siento una necesidad de este libro en particular, aunque creo que voy a regresar a donde estaba: un lugar bastante marginal y experimental, que fue siempre lo que me atrajo”. En suma, añade, todo ha sido “una conjunción de factores que hacen que misteriosamente y de repente un libro encuentra a su público”. Foto: Anagrama Una historia que no acaba Triste tigre no es un ensayo ni una autobiografía o, menos aún, una novela; ni un libro de denuncia o una memoria —aunque sí lo es, a final de cuentas—. No es tampoco un manual de sobrevivencia o superación personal, nada más alejado de ello. Es, acaso, el registro de un viaje de exploración e inmersión en su experiencia —escrito a varias décadas de distancia— para mostrar, asimilar y tratar de entender ese horror en un entorno ciego, mudo y sordo. A pregunta expresa, Neige reflexiona sobre el hecho de que toda su vida adulta ha transcurrido fuera de Francia, lo que hizo que se construyera pensando en que su historia de abuso infantil quedaba en el pasado. “Tuve que darme cuenta de que el tiempo no es así, no es que cierres un capítulo y ya se acabó, sino que este tipo de historia la escuchas todo el tiempo y no se acaba nunca”. Apunta: “Intenté escribir el libro de una forma específica, no es una historia que tiene un principio y un fin, sino que tiene una forma especial; un poco como una espiral y los temas vienen y van”. Respecto a la forma literaria como realizó Triste tigre, asegura que desde hace varios años le interesaba la idea de un doble viaje: un viaje que es una historia y el viaje interior que la acompaña, y los cruces entre estas cosas. “Un libro anterior —que todavía no publico— cuenta lo de este doble viaje: venir a otro país y conocer otra cultura, llegar con ideas preconcebidas sobre lo que era México y qué eran los pueblos indígenas; un viaje que sí ocurrió y que fue cruzándose con un viaje interior y un aprendizaje. Creo que ese libro —que solo existe para mí— fue lo que me dio la forma de este otro libro que es también un doble libro. Una cosa es contar lo que viví y contar hechos concretos, y otra contar lo que pensé y lo que pienso”. Para Neige este libro se hizo necesario en algún momento y cree que tiene mucho que ver con la conversación social que existe en la sociedad sobre la violencia en contra de las mujeres y contra los niños (caso reciente el de Andrea Robin Skinner, hija menor de la escritora Alice Munro), sobre todo en Francia, donde cada año 160 mil infantes son víctimas de violencia sexual. “Se ha abierto un poco un espacio mental en ciertos círculos para entender que estamos mal, que esta sociedad está enferma, en la que hay relaciones de poder que hacen vulnerables a muchas personas y que sistemáticamente no se respetan sus derechos ni se respeta su integridad”. Agrega al respecto: “El libro me ha permitido entablar conversaciones muy interesantes con un montón de gente y me he dado cuenta de que a partir del momento en que una rompe el hielo hay mucha libertad, existe esa posibilidad de lo que nos parecía imposible, romper con estereotipos y puras ideas que tenemos de repente. Se abre todo un horizonte en el que vamos a buscar algo un poco más acertado”. La escritora y académica insiste en que no se trata sólo de contar lo que le pasó a ella. “No es mi historia”, afirma, “es la historia de tu amiga, de tu vecina o de tu primo, es la de cientos de miles de otras personas; yo sólo me he apoyado en esta historia muy triste de lo que me ha pasado para pensar esta violencia”. Neige apunta que el intento de formar un pensamiento alrededor de su experiencia en el libro está construido como una conversación intensa, pero amigable: “Está imaginado con un interlocutor invisible que muchas veces en el trabajo de escritura eran mis amigas y mis amigos como un lector aliado. No es un libro que busque molestar o agredir al lector, a pesar de que el tema es muy duro y que sabemos que va a ser doloroso leer. Concebí este libro como una aventura interior que hacemos juntas”. Luchar contra el silencio El libro ha sido reconocido con varios premios internacionales en 2024 (Prix Femina 2023, Grand Prix des Lectrices Elle y Premio Strega, entre otros) por “su audacia e intensidad”. Y es que Triste tigre está escrito con mucha precisión e inteligencia sobre un tema tabú en muchos países: la violencia sexual contra niños, sobre el incesto. Escribe Sinno en el libro: «El cuarto de un niño siempre está abierto. Un niño no puede abrir o cerrar la puerta del consentimiento (...) Un niño violado está condenado sin remedio, su vida está arruinada, sobre todo porque la dominación sexual es una manera de sumisión que llega hasta los fundamentos del ser». Se trata de un libro poderoso que puede cambiar vidas, según se ha dicho, y que el periódico español El País enlistó entre los 25 libros más esperados de septiembre de 2024. Neige abunda sobre la respuesta a su libro: “Ha sido increíble, ha tenido muchísimos lectores a pesar de que es doloroso y de que todos y todas quisiéramos que no existiera este fenómeno. El hecho de que queremos que no exista es algo positivo porque hace que también queramos luchar y transformar algo que, hasta la fecha, durante siglos, ha sido una fuerza muy negativa; una fuerza que, aunque sepamos que existe, todo el mundo hace como si no existiera, y cuando pasa en una familia nos enteramos y de repente el silencio cae sobre todo y ya no se habla más”. Por tanto, agrega, “este libro es una obra literaria, pero también es un esfuerzo y una propuesta de encontrar caminos para luchar contra ese silencio”. Cuenta Neige en Triste tigre: «No hay final feliz para alguien que ha sufrido abusos en su infancia (…). Ya no soy la niña vulnerable que era antes, ahora me toca proteger». Respecto a la posibilidad del abuso de poder, señala que el libro no está planteado sólo para verse ella como víctima. “He sido víctima, pero ahora soy una persona adulta. Soy mamá y estoy en muchas situaciones en las que yo tengo un poder. ¿Cómo voy a hacer para no abusar de este poder? ¿Qué hago para no reproducir este patrón que está totalmente integrado en todas las sociedades? Yo respondo con las armas que tengo, que son las armas del pensamiento, del sentido común y de la literatura, y con el deseo de plantear la existencia de un libre albedrío, para que en algún momento si tomo esa decisión no quiero ser una agresora ni quiero dominar, por lo menos en mi caso. Entonces imagino una comunidad de mucha gente que piensa lo mismo y que intentamos construir —cada quien desde su rinconcito— una existencia en la que estemos conscientes de estas dinámicas, pero es muy complejo porque somos humanos y cada quien toma o no toma esas decisiones”. Asegura que cualquier argumento que hemos escuchado al respecto son todos falsos, razonamientos hechos para dominar. “Hemos sido dominados por narrativas, lo que nos da una visión de que la narrativa es un arma, y si nosotros armamos otra narrativa es como apropiarnos de ese poder y existen otras formas de ver la misma cosa desde otro punto de vista. Todo esto para mí se ha desarrollado a partir del momento en que me di cuenta que no estoy sola, no estamos solas, somos muchas, pero con esta conciencia de que participamos en una conversación que incluye a mucha más gente. El libro todo el tiempo se pregunta y le pregunta al lector: ¿qué estás leyendo?, ¿qué crees? No me gustaba la idea de contar mi vida, sino cuento precisamente qué es lo que me ha pasado y al lector intento hacerlo partícipe de esta reflexión”. Neige Sinno señala que en estos momentos se mantiene muy enfocada en acompañar este libro de la mejor forma que puede. “Estoy en movimiento, siempre nos atraviesan muchas cosas”, dice. “Desde un principio, cuando salió el libro en Francia, me di cuenta de que es muy importante acompañar un libro, porque en las presentaciones que hago y en las entrevistas y presentaciones propongo una forma de leer mi libro que a mí me gusta, y lucho contra otras formas. Estoy en este aprendizaje”. Víctor Rodríguez, comunicólogo, diseñador gráfico y periodista cultural.