Etelberto Cruz Loeza Esta renuncia no implica mi conformidad con la separación del cargo para el que fui designada originalmente hasta el 10 de diciembre de 2030, sino un acto de congruencia y respeto al texto constitucional que hoy nos rige… Norma Lucía Piña Hernández Hoy son las elecciones en nuestro país vecino, la economía más poderosa en este momento, de la tierra y nuestro país, nuestra economía, cultura y sociedad, están bastante vinculado con Estados Unidos mas nuestra sociedad nacional está muy bombardeada con chismes, (cotidianamente) ataques al poder Judicial, diversiones y distracciones que desvían nuestra atención; recientemente el Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional festejó sus cincuenta años de existencia y en el programa de aniversario y festejo, uno de sus oradores fue la ministra presidente de nuestra Suprema Corte de Justicia de la Nación, la maestra educadora y doctora en Derecho Norma Lucía Piña Hernández. Extraigo de su discurso ideas y juicios, que en este momento de crispación sobre el destino de la llamada reforma al poder judicial podrían servir de escenografía y marco a esta herencia lopezobradorista. El constitucionalismo estás sujeto a fuetes golpes de timón. La democracia constitucional en el mundo entero y muy señaladamente en nuestro país atraviesa momentos muy delicados y difíciles. En las últimas semanas hemos sido testigos de un amplio abanico de pronunciamientos tanto a nivel nacional como internacional en torno a las implicaciones de la reforma judicial en México…subrayando la trascendencia de necesidad de un análisis profundo sobre el impacto de la reforma judicial, de la impartición de justicia y sobre todo en los derechos de las personas, en la división de poderes y en la conformación misma de un Estado Constitucional, democrático de derecho… La asociación nacional de Magistrados de Circuito y jueces de Distrito del poder judicial de la Federación señalan que… los mexicanos están perdiendo su derecho a la justicia imparcial y al respeto de sus derechos humanos. Están en riesgo por la politización de la justicia y desaparición de la cerrera judicial y la erosión de la certeza jurídica…no solo afecta a los a los ciudadanos, sino que también comprometen la confianza en el sistema judicial, crucial para el desarrollo económico y social del país. Hay mucha evidencia que nos proporciona la historia y el presente…en muchas latitudes de que los derechos humanos están en riesgo cuando el poder de cualquier tipo no puede ser contenido, frenado y controlado. Es tan bien una verdad evidente y uno de los propósitos de un poder judicial independiente y, los subrayo, autónomo e independiente, es proteger los derechos humanos y ser un contrapeso al poder que nos podría amenazar esos derechos. Coincido por tanto que en toda democracia el camino para fortalecer el estado de derecho debe ser evaluado, debatido y enriquecido y que cuando múltiples voces en un coro de advertencias es prudente poner atención. La independencia judicial como patrimonio de la humanidad está directamente vinculado a la esencia misma del carácter constitucional de las sociedades democráticas. La independencia y las responsabilidades de las y los jueces son elementos fundamentales para mantener la confianza y la sociedad para que la gente, las perso0nas tengan certeza de que aún hay jueces sin partido. La democracia constitucional implica por tanto no sólo una mega gobernabilidad sino una gobernabilidad democrática entendida como el gobierno de una comunidad plural de ciudadanos en libertad, el gobierno de un todo de mayorías y de minorías donde se escuchan a todos y donde no se desoye a nadie…un gobierno, en suma, donde se garantizan los derechos fundamentales, universales, independientes, indivisibles y progresivos del ser humano. Por ello, en el ámbito de nuestra competencia debemos mantenernos fieles a nuestras convicciones y seguir trabajando por la independencia y autonomía del poder judicial… El acceso a una justicia pronta, completa e imparcial…es un derecho de todas las personas. Millones de ellas, hoy en día están esperando que se resuelvan sus conflictos mediante sentencias que involucra lo que es importante para su proyecto de vida, para vivir con dignidad, con libertad con plena confianza en que la justicia está y debe estar siempre a su servicio, al margen de los más permisivos vaivenes y de las prácticas denigrantes. Señores y señoras la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido que en el ser humano hay una dignidad que debe ser respetada, constituyéndose como un derecho absolutamente fundamental, base y condición de todos los demás y que la dignidad humana funge como un principio jurídico del que se desprenden todos los demás derechos: el derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad, al honor, a la privacidad, al nombre, a la propia imagen, al libre desarrollo de la personalidad, al estado civil y al propio derecho a la dignidad. No debemos olvidar que en la Constitución debe estar cimentada la organización y funcionamiento de nuestra República, representativa democrática y federal. Y como ciudadanos tenemos la obligación de cumplir las leyes que de ella emanen, la conservación y el respeto a la democracia, al estado de derecho, a la división de poderes, a la colaboración entre ellos, a la independencia judicial y a los derechos fundamentales. Y el cotidiano ataque de demolición desde la presidencia de la República y el poder Legislativo contra el poder Judicial, sigue todos los días y por todos los medios de comunicación e información y ahora la Fiscalía General de la República, después de más de 170 suspensiones contra la reforma judicial, que no se han acatado, inició carpetas de investigación contra de algunos jueces, por el probable delito de abuso de autoridad. La Suprema Corte de Justicia de la Nación, carece del presupuesto ni tiene fuerzas armadas, salvo la Ley. ¿Y el guardián de las instituciones de la República? ¿Servirán de algo?