Hostigamiento y acoso sexual no son lo mismo; así puedes identificarlo para denunciar

La violencia es algo que se puede prevenir si la población identifica las situaciones de riesgo y cuenta con los medios de apoyo necesarios para saber qué hacer ante una situación de ese tipo

Foto: Christian Hernández, La Voz de Michoacán.

Redacción / La Voz de Michoacán

El tema de la violencia de género en contra de la mujer es una de las situaciones más preocupantes no sólo en México, sino a nivel mundial, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia física o sexual.

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Esto quiere decir que el 30% del sector femenino es víctima de abusos en contra de su persona; sin embargo, lo más preocupante de la situación es que la violencia en contra de la mujer es ejercida principalmente por su pareja.

“La mayor parte de las veces el agresor es la pareja. En todo el mundo, casi un tercio (27%) de las mujeres de 15 a 49 años que han estado en una relación informan haber sufrido algún tipo de violencia física y sexual por su pareja", informó la OMS.

La violencia en contra de la mujer es un delito que atenta contra los derechos humanos de las personas y afecta negativamente la salud física, sexual y psicológica.

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No obstante, la violencia es algo que se puede prevenir si la población identifica las situaciones de riesgo y cuenta con los medios de apoyo necesarios para saber qué hacer ante una situación de ese tipo.

Hostigamiento sexual; acto premeditado

A diferencia del acoso sexual, el hostigamiento sexual es un acto premeditado, no impulsivo, que ocurre cuando una persona, en calidad de agresor, impone su poder ante la víctima.

Este tipo de violencia aparece normalmente entre personas que se aprovechan de una posición de poder para ejercer superioridad o jerarquía sobre sus víctimas, y en la mayoría de las veces se trata de palabras o acciones de violencia relacionadas con temas raciales, de género, religión, orientación sexual, entre otras.

En un apartado especial creado por la Secretaría de las Mujeres, llamado Violencia Laboral, Hostigamiento y Acoso Sexual, indica que las personas que infringen en una acción de hostigamiento “consideran a sus víctimas como un objeto.”

Una forma en la que se manifiesta el hostigamiento sexual es a través de los “piropos”, insultos disfrazados de cumplidos que pueden agravar un delito bajo el término de acoso verbal.

Los piropos son el claro ejemplo de cómo se presenta el hostigamiento sexual en contra de las mujeres, se trata de una acción que invade el espacio íntimo de una persona y que la mayoría de las veces se presenta sin consentimiento.

“Los piropos, cuando no son deseados por la persona que los recibe, no producen halago, sino molestia e incomodidad” - afirma la Secretaría de las Mujeres.

Otro tipo de manifestaciones verbales bajo las cuales se puede llegar a considerar hostigamiento son las bromas de carácter sexual, las insinuaciones y propuestas sexuales, invitaciones insistentes a salir, preguntas incómodas sobre la vida sexual o amorosa de la persona e insultos o amenazas en caso de que la víctima busque frenar los comportamientos anteriores.

Acoso sexual; acto impulsivo

Por su parte, el acoso sexual se trata de una manifestación de violencia lasciva que va relacionada con la intimidad de la víctima, este delito puede ocurrir por medio de palabras y acciones, por lo que su pena o castigo dependerán del escenario en el que ocurra.

El acoso sexual se puede presentar en distintos escenarios como en las escuelas, en el ámbito familiar, en el transporte público, en el trabajo, en la calle, entre otros lugares, y tiene la característica de que el agresor siempre buscará que la víctima esté en una situación indefensa o de riesgo para ejercer el abuso.

Algunas de las acciones bajo las cuales se puede presentar el acoso sexual, están relacionadas con manifestaciones no verbales o físicas.

En el caso de las manifestaciones no verbales, destacan las miradas morbosas e insistentes dirigidas a alguna parte del cuerpo de la víctima, sonidos como silbidos o gestos sexuales, mensajes con contenidos sexuales enviados por algún medio electrónico, así como imágenes, signos o textos ofensivos divulgados de forma pública.

En cuanto a las manifestaciones físicas, se consideran a los roces corporales, abrazos, caricias, besos, apretones, manoseos, pellizcos o cualquier tipo de acercamiento o contacto sin consentimiento de la personas, como un acoso sexual.

Hombres y mujeres pueden ser víctimas

En un artículo publicado en la gaceta del gobierno del Estado de México, en mayo del 2018, en coordinación con la Secretaría de las Mujeres, se estableció que el hostigamiento y acoso sexual son conductas que ocurren frecuentemente y afectan a muchas personas en su mayoría mujeres.

Ante esto, la misma Secretaría de las Mujeres considera que la violencia es una acción que se puede ejercer en todos los ámbitos y sentidos como un acto hostil entre hombres y mujeres con el fin de vulnerar y afectar la integridad de la dignidad del ser humano.

Esto quiere decir que aunque la mayoría de las veces los actos de hostigamiento y acoso sexual ocurren en contra de las mujeres, no se descarta que los hombres también sean víctimas de violencia, pues según datos del INEGI, del 2022 al 2023 hubo un incremento de violencia familiar tanto en hombres como mujeres.

“De octubre de 2022 a septiembre de 2023, se estima que, en zonas urbanas 8.4% de las personas de 18 años y más fue violentada en el entorno familiar. En mujeres este porcentaje fue 9.8%, en hombres 6.8 por ciento”,