Redacción / La Voz de Michoacán Viajar en avión es más seguro que nunca. De acuerdo con un estudio publicado por el Instituto de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) la posibilidad de que un pasajero en cualquier parte del mundo muera a bordo de un avión es de una entre 13.7 millones. Sin embargo, pese a que desde 1968 se ha dado una continua mejora, todavía ocurren accidentes, como el que los que se registraron entre el 28 y 29 de diciembre en distintos puntos del mundo: al menos 179 personas en Corea del Sur perdieron la vida en un accidente aéreo; en Canadá un avión se incendió al aterrizar, mientras que en México, un piloto tuvo que hacer maniobras de emergencia. Aún se investigan las causas de los tres incidentes, sin embargo, los eventos recientes abren diversas preguntas, entre ellas: ¿Qué es lo que detona fallas en el que es considerado uno de los modos de transporte más seguros que hay actualmente? Los tipos de accidentes aéreos más comunes? Entre 2019 y 2023, la tendencia del número anual de accidentes disminuyó. De hecho, 2023 fue uno de los más seguros en cuanto a vuelos: no solo hubo una tasa más baja de accidentes, también se registró el número más bajo de muertes, como reporta la Organización de Aviación Civil Internacional (ICAO, por sus siglas en inglés) en su último informe. El recuento más alto registrado dentro de este período fue en 2019, con 114 accidentes. En contraste, 2020 y 2021 tuvieron una baja en el número de casos, comportamiento impulsado principalmente por las medidas sanitarias contra el COVID-19: disminuyó el tráfico de pasajeros y vuelos. Aunque el ajetreado tráfico aéreo no se ha recuperado del shock post-pandemia, desde 2022 el número de vuelos se ha mantenido al alza. A lo largo de este periodo, y según los datos del ICAO, los tipos accidente más comunes fueron: Turbulencia Representó la mayor cantidad de accidentes en 2023. Una turbulencia se puede definir como una corriente de aire inestable e impredecible. Las más peligrosas son conocidas como turbulencias en aire claro, debido a que pasan inadvertidas por los radares. El caso más reciente provocado por este tipo de turbulencia ocurrió en mayo de este 2024, cuando un Boeing 777, que volaba de Londres a Singapur, se vio obligado a aterrizar de emergencia en Bangkok. La aeronave perdió altura de forma repentina debido a las condiciones del aire. El incidente derivó en la muerte de una persona y siete pasajeros heridos de gravedad. Un inicio o final atropellado A cualquier aterrizaje o despegue que implique un contacto anómalo con la pista o la superficie de aterrizaje se le conoce como contacto anormal con la pista, según la ICAO. Hay más de una razón detrás de estos incidentes: por ejemplo, en ocasiones a los pilotos les es difícil maniobrar, lo que puede ocasionar que los pasajeros experimenten un aterrizaje brusco o incluso que la aeronave se desplome en la pista. El viento cruzado o las distracciones en la fase de aproximación a tierra pueden detonar este tipo de accidentes. Colisiones Ocurren durante el rodaje hacia o desde una pista. Ya sea que dos aviones choquen o bien, que una aeronave se impacte con alguna estructura. En estos casos puede influir tanto la habilidad del piloto, como mala señalización o falta de espacio en la pista. Este 2024 se registraron al menos tres de estos accidentes. El de mayor impactó ocurrió en el Aeropuerto Internacional de Tokio-Haneda el 2 de enero de 2024: un Airbus A350-900 de Japan Airlines y un vehículo de la guardia Costera de Japón colisionaron. En el trágico accidente cinco personas perdieron la vida entre las llamas de la explosión. Fallas en el sistema Son las ajenas al motor y provocan que el piloto pierda el control del aeronave. Según la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, puede incluir “fallas en el software, bases de datos, piezas que se separan de la aeronave y aquellas relacionadas con problemas de mantenimiento o causadas por ellos”. Problemas previos al despegue Incidentes que ocurren durante (o como resultado de) operaciones en tierra. Aquí entran en juego todos los aspectos del manejo de aeronaves en los aeropuertos, especialmente de logística, por ejemplo, que la carga de equipaje y combustible sea la adecuada para el viaje. Un mal diseño o gestión en el aeropuerto Estos incidentes involucran problemas de diseño, servicio o funcionalidad de las pistas y demás instalaciones necesarias tanto para el despegue como para el aterrizaje de los aviones. El clima Gracias a la presión de los informes meteorológicos, las aerolíneas tienen mejores elementos para decidir su siguiente movimiento en caso de que haya mal clima. Sin embargo, aún sigue teniendo el potencial de provocar accidentes. La cizalladura del viento y las tormentas eléctricas son los fenómenos que más causan problemas a las aerolíneas y a los pilotos, que muchas veces se ven orillados a enfrentar al mal tiempo. Este 2024, por ejemplo, una aeronave tuvo que atravesar una fuerte granizada que dejó los parabrisas destrozados y el morro dañado. Cuándo se pierde el control En 2015 esta fue la principal causa de accidentes de aviación. La frase “pérdida de control” puede abarcar solo algunos de los casos en los que el avión se desvió de manera no intencional. De acuerdo con un estudio de la NASA, este tipo de accidente puede provocar un gran número de muertes en un solo evento y están relacionados ya sea con errores humanos, factores ambientales y fallas en los sistemas. Aves, el potencial riesgo alado Desde los inicios de la aviación, los pilotos han compartido espacio con la fauna que surca los cielos, especialmente con las aves. En 1905, Orville Wright, pionero en la aeronáutica, sufrió la que probablemente fue la primera colisión entre un ave y una aeronave. Menos de siete años después, el 3 de abril de 1912, en Long Beach (California), Calbraith Perry Rodgers, el primer hombre en realizar un vuelo transcontinental a través de los Estados Unidos, se convirtió en la primera persona en morir como consecuencia de un choque con aves. Aunque estos incidentes no siempre son encuentros mortales, las que aves grandes o grupos de aves tienen el potencial de afectar tanto los motores como el parabrisas del avión. De acuerdo con el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos, la mayoría de los choques ocurren cuando los aviones despegan o aterrizan, ya que se ubican en altitudes bajas. Durante el vuelo, las aeronaves suelen ubicarse en zonas más altas, reduciendo el riesgo de colisión con aves.