Nos vemos en el cine | Alma Rosa Aguirre, vivir la fantasía

Alma Rosa Aguirre debutó a los 16 años en la película “El sexo fuerte”, dirigida por Emilio Gómez Muriel en 1945, y desde ahí se construyó una sólida carrera en el Cine de Oro mexicano.

Jaime Vázquez

La tía Elsa le comentó a doña Emma, madre de Hilda, Alma Rosa y Elsa Aguirre, que se presentaba la oportunidad para que jovencitas participaran en el cine. La película era El sexo fuerte, de Clasa Films dirigida por Emilio Gómez Muriel en 1945.

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Doña Emma convenció a su esposo y fue con sus hijas a probar suerte. La familia vivía en Mixcoac, en la Ciudad de México, procedentes de Chihuahua.

Las hermanas Aguirre, casi niñas, ganaron el concurso y debutaron en la cinta protagonizada por Mapy Cortés, Rafael Baledón, Emperatriz Carvajal y Ángel Garasa. El tercer lugar del concurso fue para Hilda, el segundo para Alma Rosa y el primero para Elsa. Alma Rosa cumplía 16 años.

Hija de Emma Juárez y del capitán segundo Jesús Aguirre, Alma Rosa vivió con su familia años de pobreza. Su pequeño papel en El sexo fuerte lo resolvió con soltura, a diferencia de Elsa, que tuvo dificultades al decir su diálogo, o de Hilda, quien prefirió alejarse del medio.

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Alma Rosa y Elsa continuaron en los sets en El pasajero diez mil (1946) de Miguel Morayta.

Mauricio Magdaleno adaptó la novela El caballero andaluz de José María Carretero para La sin ventura (1947) de Tito Davison. Ahí, Alma Rosa es Anita, que se disputa el amor del galán (Rafael Baledón) con María Antonieta Pons.

Es Lidia, la cigarrera del cabaret donde canta su amiga Dalia (Elsa Aguirre) en Los viejos somos así (1948), de Joaquín Pardavé, melodrama de tahúres, enredos amorosos y paternidad recobrada.

Dueña y señora (1948) fue el siguiente paso. Dirigida por Davison y fotografiada por Gabriel Figueroa, es la historia del maduro viudo don Fernando (Domingo Soler), que tiene en planes para casarse con la joven Isabel (Marga López). Alma Rosa es Beba, hija de don Fernando.

Fue hija de Joaquín Pardavé en La familia Pérez (1948, Gilberto Martínez Solares); y con el argentino Luis Sandrini se interna en tejemanejes mitológico-cómicos en El baño de Afrodita (1949, Davison).  

Con la exitosa pareja formada por Niní Marshall “Catita” y Joaquín Pardavé, es Aurora en Una gallega en México (1949, Julián Soler), para después ser parte de la comedia “feminista” La liga de las muchachas (1949, Fernando Cortés), junto a un ramillete formado por su hermana Elsa, Miroslava, Rosina Pagán, Anabel Gutiérrez e Irma Dorantes.

Es Paquita, pero por conseguir una herencia se viste de Panchito y con equívocos atrapa a Pablo (Abel Salazar) en Yo quiero ser hombre (1949, René Cardona). El mundo de las secretarias y los jefes en una oficina es escenario de Nosotras las taquígrafas (1950, Emilio Gómez Muriel), historias engarzadas de un grupo de empleadas de la creciente clase media que el cine de entonces intentó retratar.

En El siete machos (1950, Miguel M. Delgado) comparte con Mario Moreno “Cantinflas”, quien deja a un lado su personaje de “peladito” para convertirse en pistolero y bandido en busca de venganza, y en Margarito, el enredoso hermano gemelo.  

Es Claudia, sufrida empleada doméstica en Nosotras las sirvientas (1951, Zacarías Gómez Urquiza) y la provinciana Marta Pérez en Canasta uruguaya (1951, René Cardona), de nuevo con Abel Salazar.

Vuelve a la carga al lado de Salazar en la comedia de enredos La miel se fue de la luna (1951, Julián Soler). En los cincuenta va del drama (La perversa, 1953, Chano Urueta) a la comedia (Al diablo las mujeres, 1954, Miguel M. Delgado) y de ahí al suspenso cómico con el detective Diógenes Holmes (“Clavillazo”) en El fantasma de la casa roja (1954, Miguel M. Delgado).

En 1958 es la Adelita y Pedro Armendáriz es Pancho Villa en Cuando ¡Viva Villa! es la muerte, de Ismael Rodríguez.

Alma Rosa, de 28 años, hace una pausa en su carrera y se retira un tiempo de la pantalla; quería dejar de vivir la fantasía y ser una muchacha como todas.

Regresa en los setenta, con Santa Fe (1971, Sergio García) y con Entre monjas anda el diablo (1973, René Cardona), con Vicente Fernández y Angélica María.

Aquella niña quinceañera, segundo lugar en belleza, pasó los últimos años de vida en la Casa del Actor de la ANDA. Con dotes especiales para la comedia, risueña y simpática, Alma Rosa Aguirre murió el pasado 27 de enero de 2025. Una bella niña de 95 años.  


Jaime Vázquez, promotor cultural por más de 40 años. Estudió Filosofía en la UNAM. Fue docente en el Centro de Capacitación Cinematográfica. Ha publicado cuento, crónica, reportaje, entrevista y crítica. Colaborador del sitio digital zonaoctaviopaz.

@vazquezgjaime