Por Rita Gironès Hablando con Nektli van surgiendo numerosos autores y obras. Con ella, se necesita más de un café para comprender la magnitud de lo sencillo. Entreteje, y siempre en pro de la educación y cultura universitaria, una tríada predilecta para ir en búsqueda de la verdad del mundo: lingüística, literatura y arte. Tres disciplinas que requieren (y en ese mismo orden) de disciplina, estudio y honestidad. Hablar con la escritora mexicana es ponderar las buenas intenciones. De repente, recordamos un hecho insólito que habíamos escuchado por boca de alguien en algún lugar: “Cuando se corta un árbol en el bosque, otros buscan llegar al árbol cortado a través de sus raíces para enviarle nutrientes y salvarlo por medio del micelio. Este goteo de vida constante puede mantener con vida al árbol por décadas e incluso siglos, sea o no de su misma especie. ¿Será posible que los árboles puedan amar más que nosotros?”. La autora literaria -amante también del dibujo, la pintura, el grabado o el diseño- concluyó: “Al final se trata de todo lo que pasa a nuestro alrededor”. Nektli tiene el don de conjugar el presente. ¿Qué querías ser de niña? ¡Quería ser envolvedora de regalos en Sears! (Risas) Ese fue mi primer deseo. Después quise ser cantante, veterinaria, arquitecta. Más tarde quería ser economista, pero mi corazón está en el arte, así que… ¡la cabra tira para el monte! ¿Qué quieres ser ahora? Quiero ser lo que ya soy, escritora. Hace un par de años tuve una crisis de identidad muy fuerte y tuve la oportunidad de volver a conocerme, de descubrir quién soy. Y lo que descubrí en mí fue la escritura, no sólo como vocación, sino como ontología. Si te preguntan a qué te dedicas, ¿qué dices? Yo siempre digo: doy clases de literatura y de lingüística; y escribo. Principal rasgo de tu carácter. Diría que la necesidad, casi compulsiva, de hacer lo correcto. Y no es tan bonito, es duro porque eso cuesta oportunidades, confort, sueños, dinero, etc. ¿En qué punto convergen escritura y vida? Para mí es integral. Ahora escribo y me encuentro entre la literatura -que es siempre una ficción- y la vida real -personal, sobre todo-. Otra cosa es la técnica que requiere de mucho trabajo y honestidad. Volvemos a eso, sinceridad y emoción, pero siempre sujeta a la disciplina. ¿Qué autores o lecturas nos recomiendas? Se me ocurre Sabina Berman, una novela con la que patino todavía es El Dios de Darwin; después recomendaría el novelista y cuentista Salman Rushdie; y una autora que llevo en mi corazón es Emily Dickinson, me impresiona su revolución de la poesía. Si te pudieras sentar a platicar con algún personaje histórico, ¿con quién sería y de qué platicarían? Sería con Ray Bradbury, lo considero mi padre literario. Platicaría con él sobre una novela suya, El vino del estío. Él rescata esa infancia, los recuerdos de niño, … le preguntaría cómo se recupera la infancia.... ¿Qué cualidad admiras en las personas? ¿Y qué detestas de la gente? Me gusta mucho la gente que es honesta, bien intencionada, ¡se me hacen un tesoro! Y detesto las personas con mala intención, esas que te dejan mal viajada. ¿Qué harías si fueras millonaria? Lo tengo clarísimo, ¡porque lo sueño! (Risas) Compraría un terreno grandote y allí construiría casas para que viviéramos los amigos. Allí habría un espacio también para gatitos y perritos de la calle (mi otra gran pasión son los animales). En fin, si fuera millonaria, ¡en 5 minutos dejaría de serlo! ¿Crees en el destino? Es algo que me he preguntado muchas veces. La verdad, no lo sé. Yo quisiera de todo corazón, no creer en el destino. La idea de destino, bonita o literaria, puede ser muy terrible a la hora de ponerla en práctica. Por eso no quiero creer en el destino, más bien que nosotros -con nuestras decisiones- cambiamos nuestro día a día, ¡la historia incluso! Creer en el destino, impide muchas cosas. No quiero creer en él, pero es un perro del mal. ¿Qué es para ti la Cultura, Nektli? Qué interesante. Mi formación en filosofía me hace recordar algo. Justo una de mis queridas maestras ha trabajado con ese concepto y nos decía: “Cultura es todo aquello que puede transmitirse”. Ella hizo una tesis doctoral sustentando esto. Y ahí nos incluimos todos, incluso los animales. Se trata de una colectividad. Es la razón por la que se puede hablar de una Cultura por la Paz, por ejemplo, que se pueda transmitir esa costumbre de preocuparse por el otro, de querer verdaderamente al otro. Rita Gironès, escritora, docente y artista escénica. Catalana y mexicana. Lleva 20 años residiendo en Michoacán trabajando activamente por la cultura. Apasionada de las Humanidades, obtiene el Premio Nacional de Dramaturgia en México, 2022. Facebook: Rita Gironès Instagram: ritagirones