HISTORIAS PARA MAMÁ | Sobre el duelo
“El dolor es también una forma de amor, y es tan vasto que se expande hasta lo que no podemos comprender”.


Chimamanda Ngozi Adichie, “Sobre el duelo
Hoy es 3 de abril. Hoy se cumplen ocho años desde la muerte de mi madre.
Con esta concordancia de fechas, es justo previo a su aniversario luctuoso que pienso sobre el libro sobre el que debería de hablar en esta ocasión, finalmente decido que será "Sobre el duelo" de Chimamanda Ngozi Adichie. Comienzo a escribir.
Más allá del escándalo que ha surgido alrededor de la autora en las últimas semanas, en esta columna quiero compartir sobre el libro en el que ofrece una reflexión profunda sobre la pérdida y el proceso de duelo, tocando temas de amor, memoria, dolor y cómo la muerte transforma nuestra relación con quienes nos rodean y con nosotros mismos.
En este emotivo y poderoso ensayo, que nace de un artículo publicado en The New Yorker, la autora nigeriana pone palabras al inenarrable grado de dolor causado por la repentina muerte de su padre en Nigeria: la crisis sanitaria por la pandemia de COVID-19 impidió que la autora pudiese salir de Estados Unidos para reunirse con su familia.
En un intento por encontrar consuelo ante la sensación de vacío que la sacudió hasta la medula, “Sobre el duelo” es una breve pero inteligente y conmovedora crónica autobiográfica de las primeras etapas de la gestión de la perdida, un revelador examen de la naturaleza del dolor, un tributo al padre que la llamaba "nwoke neli" ("la que equivale a muchos hombres") y una profunda reflexión sobre la lengua y las tradiciones igbo.
La autora escribe desde la certeza de ser solo una más de entre los millones de personas en duelo, sobre las dimensiones culturales y familiares del mismo y, tambien, sobre la soledad y la ira inherentes a el.
"La muerte no es una ruptura, no es el final; es un cambio, una transformación. Y cuando alguien a quien amas se va, no puedes simplemente olvidar. Porque en ese espacio vacío es donde resides, donde encuentras consuelo, donde te reconstruyes. Pero reconstruirse no es volver a ser quien eras; reconstruirse es convertirse en alguien que debe aprender a vivir con la ausencia."
Tiene razón, yo nunca he vuelto a ser esa Yazmin. Fue a la 1:50 pm, del lunes 3 de abril de 2017 cuando la vida me cambió, cuando perdí un pedazo de mi corazón, cuando el mundo se detuvo.
Estaba sola con ella, como lo estuvimos mucho tiempo, la tenía en mis brazos y de repente vi y sentí como su respiración se detuvo, y la mía lo hizo con ella. Hasta ese momento yo había buscado ser fuerte por ella, nunca dejaba que me viera llorar y siempre la estaba motivando y buscaba sacarle sonrisas. Pero en ese momento me derrumbé por completo pues ya no estaba para verme y saqué todo mi dolor…
"El duelo es un lugar al que nadie quiere ir, pero al que todos llegamos en algún momento. Y no es solo el dolor lo que te consume, sino también la sensación de que hay un vacío que nada parece poder llenar. La gente te dice que 'el tiempo lo cura todo', pero, en realidad, el tiempo no cura, solo enseña a llevar. Y algunos días, eso es suficiente; otros, no."
Y es que la ausencia de un ser querido no es algo que simplemente se pueda superar; es algo con lo que aprendemos a vivir, y a través de esta adaptación, nos convertimos en versiones nuevas de nosotros mismos.
"Hay algo desconcertante en la forma en que las personas esperan que el duelo tenga un límite, una fecha de caducidad, como si el dolor se pudiera medir y poner en una caja. Pero el dolor no se mide, ni se termina; se convierte en parte de la identidad, una capa adicional que te acompaña, que te define, aunque solo sea en ciertos momentos."
A lo largo del texto, Adichie habla además sobre culpa y los remordimientos que a menudo acompañan el duelo. Y es que, muchas veces, el proceso implica pensar continuamente en lo que no se hizo, lo que quedó pendiente, y cómo esas cosas no se pueden recuperar. “Debí tirar más fotos”, diría Bad Bunny.
Finalmente, a través de varias anécdotas sumamente íntimas, la autora reflexiona sobre una de las paradojas más grandes del duelo y cómo la muerte de un ser querido, que aunque nos arrebata y nos deja con un vacío inmenso, también tiene el poder de hacernos más conscientes de lo preciosa que es la vida misma.
Porque la muerte nos recuerda la fragilidad de la existencia, lo que, en su dolor, nos invita también a valorar cada pequeño momento.
"La muerte de alguien que amas cambia la forma en que ves el mundo. El mundo se siente un poco más vacío, un poco más frágil. Y, al mismo tiempo, te hace consciente de lo que está en juego, de lo valioso que es cada momento, cada conversación, cada beso. La muerte nos hace más vivos, paradójicamente, porque nos recuerda lo finita que es la vida."
Hoy se cumple un año más en que mi hermosa madre se fue de mi lado y se convirtió en un puntito de luz en el cielo; y justo en este momento me he vuelto a quedar sin respiración…el mundo se ha detenido.
DATOS SOBRE EL LIBRO
Autora: Chimamanda Ngozi Adichie
Editorial Random House
112 páginas
Año 2021
Sobre Yazmin Espinoza
Comunicóloga enamorada del mundo del marketing y la publicidad. Apasionada de la literatura y el cine, escritora aficionada y periodista de corazón. Mamá primeriza. Lectora en búsqueda de grandes historias.