Valeria, amor por el modelaje

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Foto: Adrián Bucio. Valeria Bucio es una joven de 14 años originaria de Apatzingán, Michoacán.

Adrián Bucio / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Valeria tiene el mundo de la moda en su rostro: un degradado en café y un tono dorado en los párpados que va acorde a su color de piel. Luego lleva un vestido primaveral junto con una postura de modelo: Omóplatos alineados, dedos del pie hacia adelante y brazos sincronizados. “Todo lo que tiene que ver con lo ‘fashion’, me cautiva”, admite.

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Valeria Bucio es una joven de 14 años originaria de Apatzingán, Michoacán. Es una mujer alta, complexión delgada, tez morena, cabello castaño, lacio y largo, labios anchos ojos grandes. Actualmente estudia la secundaria y se mantiene fiel a su sueño de ser modelo profesional. Nos sentamos en la sala del Instituto Modsil y comenzamos con la entrevista.

¿Cómo recuerdas a la Valeria de la infancia?

Yo crecí con mis papás y hermanos y me acuerdo que era muy unida a ellos. Siempre nos reuníamos para comer, platicábamos y disfrutábamos de la convivencia. Además, yo jugaba con mis primos y reía mucho con ellos. Todo eso fue en Apatzingán; ya después nos mudamos a Morelia por mi escuela.

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¿Cómo viviste la mudanza?

Al principio no quería por aquello de los amigos. Iba a dejar de ver a muchas amistades muy queridas. En quinto de primaria llegué aquí a Morelia y al principio me costó trabajo. Sin embargo, luego de eso conocería a las dos mejores amigas que he tenido y eso me hizo todo más ameno.

En la escuela eras…

Desde chica he tenido muy buenas calificaciones. Siempre sacaba notas arriba del nueve porque se me hacía muy fácil entender los temas y grabarlos. Y hasta la fecha sigo así. También era muy sociable, a cualquier niña o niño le hablaba y con mis amigas me sentaba en el receso a platicar. Aunque, eso sí, cuando era un momento serio no me reía ni de chiste. Trataba de echar relajo cuando era tiempo de echarlo.

Valeria desarrolló un gusto especial por el mundo de la moda. Desde que era pequeña, gracias a su mamá, estuvo estrechamente relacionada con el encanto por el estilo, las modelos, los diseñadores, las prendas, las pasarelas y demás. Incluso afirma “creo que me nace este encanto desde que era una bebé”.

¿De dónde surge tu gusto por el modelaje?

Yo siempre he sido alta y por ello todos me decían que tenía pinta para ser una buena modelo. Y me invitaban de diferentes lados a modelar. También creo que influyó el mundo de la moda y mi mamá. Ella siempre fue apasionada por la ropa y por las revistas de belleza, y creo que eso influyó porque me acuerdo que siempre decía “yo quiero salir en esas publicaciones de modelos ‘fashionistas”. Siento que desde entonces surgió todo.

¿Cómo fue que decidiste entrar a una escuela de modelaje?

Desde hace años lo había pensado, porque es algo que en verdad me llena. Mi mamá siempre me impulsó a ser modelo y mi papá me dijo que tenía la edad perfecta para empezar en esto del modelaje, sin dejar de un lado la escuela, claro está. Y aunque había dudas al principio, creo que estamos muy contentos de que yo persiga este sueño. Ya llevo un cuatrimestre estudiando modelaje.

¿Qué has aprendido?

Creo que algo importante que he aprendido ha sido corregir mi postura. El caminar bien y aprender a tener armonía en los movimientos del cuerpo han sido cosas que me han ayudado a estar más cerca de mi sueño de ser una modelo destacada. He sabido de rutinas de ejercicio, maquillaje, seguridad, poses y demás.

Con el modelaje, ¿de qué manera te has vuelto más segura?

Al principio me daba pánico la cámara. Yo tenía mucha vergüenza de mí. No obstante, con el paso de las clases, eso fue desapareciendo. Recuerdo que me acostumbré a la cámara y terminé por aceptarla como algo normal, como una cosa más. Entonces me solté y empecé a modelar sin ningún temor.

¿Cómo se acostumbra uno a la cámara?

Unas maestras nos ayudaron a soltarnos frente a los flashes y las fotografías. Un ejercicio muy significativo fue uno en el que nos pusieron delante de una cámara de video y teníamos que posar continuamente. Lo mejor era que la sesión era en plena calle y con toda la gente pasando. Y yo estaba feliz posando para el lente.

¿Qué es lo que más te ha costado trabajo aprender?

Alinear mis pies. Como yo practicaba ballet antes, tenía una postura muy buena al momento de modelar; pero la conversión de alinear pies y rodillas fue algo que me costó trabajo. Tuve que hacer muchos movimientos de práctica y ejercicios para poder lograrlo y ahora ya es algo que domino.

¿Qué es lo que más te gusta del modelaje?

Me encanta la pasarela. Siento que es algo más fluido, donde me siento más natural, más libre y donde expreso más cosas con mis movimientos. El cómo sincronizarse, saber caminar, manejar los tiempos, proyectar emociones y todo hacerlo en vivo es algo que me llama mucho la atención. Me encantaría trabajar con marcas reconocidas para crecer como modelo y estar más cerca de conseguir mis sueños. Además, también pienso estudiar algo que tenga que ver con la moda, como diseñadora de ropa.

¿Por qué diseño de modas?

Mi mamá siempre se ha relacionado en ese rubro. De pequeña, tanto ha sido mi gusto por la moda que cuando tenía unos pedazos de telas en la mano, se los adhería a mis muñecas. Yo decía que las vestía. Cuando no sabía coser les ponía grapas, e incluso, hacía blusas nuevas con pedazos de otras prendas. Ahora, cuando veo que un pantalón tiene algo roto yo siempre lo arreglo.

Si tuvieras que diseñar una prenda para ti, ¿cómo sería?

Haría un vestido corto, con ampones, sin hombros, con holanes o arreglos primaverales, colores claros como el azul celeste, blanco, rosa o amarillo, tendría tacones de punta rosas, cola de caballo en el peinado con un moño y con un maquillaje natural, con tono tenues y de acuerdo a mi tez de piel. También tendría muchas pulseras.

¿Qué pasatiempos tienes?

Me gusta mucho tocar el piano. Aunque no soy fiel seguidora de la música clásica, me encanta cuando el piano sirve de acompañamiento en las canciones de rock por ejemplo. Me gusta también escuchar a esas bandas que lo utilizan, creo que es genial. Además, en mis tiempos libres dibujo.

¿Qué sueles dibujar?

Algo en lo que me enfoco al trazar es en representar figuras humanas en el papel. No soy mucho de dibujar caricaturas, no me salen. Inclusive, mis dibujos también están relacionados con la moda. Regularmente hago mujeres u hombres bien vestidos, con prendas que me salen de la imaginación. Me encanta esa posibilidad de echar a volar la imaginación e inventar cosas que no se han visto jamás.

¿Cuáles son tus objetivos?

Quiero salir de la secundaria con el mejor promedio de todos y conservar las amistades que tengo por muchísimo tiempo más. Además, deseo cumplir con mi sueño de ser modelo, crecer en esa disciplina, perseguir los desafíos que me esperan en esa profesión. Otro objetivo es viajar y conocer otras culturas.

¿Quién es Valeria Bucio?

Es una persona segura sobre lo que quiere en la vida. Es una mujer que no se rinde y que no trata de encajar en un estereotipo; simplemente va a donde su corazón la lleve. Es muy empática, le gusta ayudar  a los demás y estar con su familia y amigos. Es ordenada, limpia y con una manera diferente de ver el mundo.