Tsuri Chávez/La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Labrar piedra conlleva sus riesgos, ya sea la extracción de las minas en las faldas de los cerros, hasta complicaciones de salud propias de convivir con el polvo durante muchos años, que en el caso de los artesanos molcajeteros de San Nicolás Obispo, se trata de “gajes del oficio”. La zona rural que pertenece al municipio de Morelia alberga 14 tenencias y en cada una existen diferentes actividades que las personas realizan para su subsistencia aprovechando los recursos naturales de la región, la siembra de maíz, el uso de recursos maderables, pero muy especialmente labrar piedras, que en este caso no se trata de la cantera rosa, sino de una piedra dura, pero maleable, porosa pero resistente o mejor conocida como piedra mineral o de mina que en la “capital del molcajete” utilizan para crear metates y molcajetes. Durante un recorrido que este medio de comunicación realizó por San Nicolás Obispo, una de las 14 tenencias de Morelia, ubicada al suroeste de la ciudad, donde pervive uno de los oficios que han caracterizado a los habitantes de esta población por su gran habilidad en la elaboración de molcajetes, el maestro artesano Pablo Morales Gonzáles relató sobre “la herencia” que le dejaron sus abuelos y sus padres. ¿Cuál es el proceso de elaboración de un molcajete? En la calle Diego Vasalenque, en el número 140, Don Pablo Morales comenzó su relato, lo principal es subir al cerro para buscar la piedra, que, en este caso, el señor Pablo la va y la busca al cerro del Remolino, un lugar donde asegura “es pura suerte” y un ojo muy bien experimentado lo que se juega para ubicar la piedra adecuada para labrar. Si la encuentras, la redondeas ahí mismo, y si la vas a ocupar para metate hay que “tecatearlo” porque son piezas más grandes”, explicó el artesano, a lo que agregó que el tiempo estimado para encontrar la piedra y traerla de regreso a su domicilio donde también tiene su taller, puede ser una tarea de todo el día, dependiendo de la cantidad que se vaya a requerir. Lo que procede es “carpintear” la piedra, es decir, desbastar a golpes la piedra para darle la forma que se busca, ya sea para formar una de las patas del metate o del molcajete o para redondear o aplanar la base de la pieza que se quiera elaborar. La herramienta principal son los mazos, que no son los comunes, ya que se tienen que adaptar y afilar para que puedan cumplir la función de “carpintear” la piedra. Estos los compramos en Morelia, son mazos, pero nosotros mismos los afilamos y los hacemos para que se nos acomoden para el trabajo” explicó el señor Morales Gonzáles. En aproximadamente una hora lo que se tarda en hacer un metate pequeño, y dos horas en terminar un molcajete, ya que el segundo “se lleva más tiempo” por la forma natural redonda de la pieza. Pese a lo que se podría pensar, las piezas más pequeñas son las que más tiempo se tardan en realizar, ya que se requiere más pericia para no trozar la piedra. No olvides que en tu periódico La Voz de Michoacán podrás consultar más de este tema.