Argentina buscará el tricampeonato tras sus conquistas en casa en 1978 y en México 1986, Alemania intentará levantar su cuarta copa 1986, Capítulo albiceleste Argentina llegó al Mundial de México tras clasificar de último momento ante Perú y sus aspiraciones no iban más allá de los cuartos de final. Maradona ya había jugado en el Mundial de España, cuatro años antes, y no había pasado nada con él. En México 86, sin embargo, llegó más maduro gracias al hecho de jugar en la liga de mejor juego defensivo en el mundo y además con el modesto Napoli, al que le dio títulos. Además del “Pelusa”, Argentina traía otro par de jugadores interesantes: el volante Jorge Burruchaga y el atacante del Real Madrid, Jorge Valdano. Alemania en tanto, traía a muchas de sus figuras en su último suspiro, como el caso del atacante Karl Heinz Rummenige, que incluso llegó lesionado al Mundial de México y entraba de cambio. Ambas escuadras se sublimaron a sus propias limitaciones y en la gran Final los argentinos se adelantaron cómodamente 2-0, pero el orgullo alemán logró el empate en los minutos finales del cotejo. Cuando parecía que la final se iba a tiempos extras, Maradona conectó con Burruchaga, quien escapó por derecha, y con tiro cruzado definió la final 3-2 a favor de Argentina, que se coronaba por segunda ocasión en su historia. 1990, Capítulo alemán Cuatro años después, en el Mundial de Italia era la selección de Alemania la que llegaba en plena renovación, y con Lothar Matthaus como la gran figura. Rudi Voeller era su gran goleador y al timón continuaba Franz Beckenbauer. Con Argentina las cosas eran muy distintas, pues aunque otra vez el alma del equipo era Maradona, el equipo traía algunas incorporaciones a las que les pesó la etiqueta de campeón del equipo sudamericano. Diego fue blanco de las patadas de los rivales y llegó mermado a la gran final ante Alemania. Como en todo el certamen, los dirigidos por Carlos Bilardo buscaban forzar los tiempos extras y sobre todo jugarse en los penales la posibilidad de ser campeones, confiados en la capacidad de su arquero Sergio Goycoechea, que había detenido un par de lanzamientos en las rondas previas ante Yugoslavia y el anfitrión Italia. Con todo y la brillantez de los alemanes en las fases previas, Argentina cumplía su objetivo de llevar el cotejo al alargue hasta que el árbitro Edgardo Codesal marcó una controversial falta en el área sobre los minutos finales, que significó el penalti de la victoria de apenas 1-0 para Alemania.