Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, líder del Cártel de Sinaloa, y Édgar Valdez Villarreal, la Barbie, han hecho una "alianza" dentro del penal del Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México, y pusieron en predicamentos a las autoridades penitenciarias. En un fragmento del reportaje especial de Anabel Hernández, en Proceso, se detalla que estos capos organizaron la semana pasada a casi mil internos de cinco módulos para iniciar una huelga de hambre, en protesta por supuestas violaciones a sus derechos. Tanto el Chapo como la Barbie encabezan esta huelga, que inició el pasado 16 de julio y que se mantendrá "hasta nuevo aviso". En algún momento, fueron aliados en la llamada Federación, pero después fueron enemigos, pues el segundo fungió como lugarteniente de los Beltrán Leyva. Los internos se quejan de que las autoridades del penal, dirigido por Valentín Cárdenas Lerma, no les permiten acceder a la tienda en la que sus familiares hacen depósitos para adquirir artículos de higiene personal. También se quejan de atención médica deficiente, sin medicamentos. Otro factor que desencadenó la protesta fue el consumo de comida en mal estado, que llevó a 20 internos a intoxicarse con pollo en descomposición. Explicaron que no se lavan de manera regular los uniformes, no se les da ropa interior y no se respetan los tiempos de visita familiar ni las llamadas telefónicas que tiene por derecho. Según el semanario, los narcotraficantes pudieron organizar esta protesta de manera exitosa "sin tener comunicación directa entre ellos o con los demás internos".