El Papa Francisco hizo hoy un llamado para que las sociedades y autoridades de Medio Oriente y Ucrania detengan la guerra, y alcancen la paz por medio del diálogo. Francisco lanzó su petición tras la bendición dominical con el Angelus, que pronunció al mediodía de este domingo desde la ventana de su estudio privado en el Palacio Apostólico y ante miles de personas congregadas en la Plaza de San pedro del Vaticano. Recordó a tres áreas de crisis: Tierra Santa, Irak y Ucrania. Por estos lugares pidió a los católicos unirse en oración para que Dios conceda a las poblaciones y a las autoridades de aquellas zonas “la sabiduría y la fuerza necesarias para llevar adelante con determinación el camino de la paz”. Imploró que ellos tengan la voluntad para afrontar toda diatriba con la tenacidad del diálogo y de la negociación, con la fuerza de la reconciliación. Solicitó que al centro de toda decisión no se pongan los intereses particulares, sino el bien común y el respeto de toda persona. Y advirtió: “Recordemos que todo se pierde con la guerra y nada de se pierde con la paz”. “Pienso sobre todo a los niños, a los cuales se les quita la esperanza de una vida digna, de un futuro. Niños muertos, niños enfermos, niños mutilados, niños huérfanos, niños que tienen como juguetes los residuos bélicos, que no saben sonreír”, dijo. “¡Paren por favor!, se los pido con todo el corazón: ¡Es hora de parar!, ¡Frenen por favor la guerra!”, añadió visiblemente emocionado. Su reclamo por la paz partió del recuerdo de los 100 años del inicio de la Primera Guerra Mundial que, sostuvo, causó millones de víctimas e inmensas destrucciones. Evocó la memoria del Papa Benedicto XV, quien definió ese conflicto como una “inútil masacre” y recordó que la guerra surgió después de cuatro años en una paz frágil. “Mientras recordamos este trágico evento, deseo que no se repitan los errores del pasado, sino que se tengan presentes las lecciones de la historia, haciendo prevalecer las razones de la paz mediante un diálogo paciente y valiente”, apuntó.