Raúl Castellano Desde hace tiempo y sobre todo, los últimos meses, he venido ocupándome del cambio climático, el calentamiento global y sus consecuencias que han llegado a niveles alarmantes. En el último de estos, me referí a los problemas que se manifiestan enl la parte norte del continente, desde los Estados Unidos, especialmente Alaska y el Polo Norte, el Ártico. En estos comentarios me referiré a lo que ocurre en el Polo Sur, en la Antártida, que presenta problemas graves, quizá más severos que el Ártico. Durante eras, la nieve que desde entonces cae sobre esa zona, la más extrema al sur del mundo, se fue acumulando, de manera que se formaron domos de hielo que tenían un grosor de más de tres kilómetros, es decir, que prácticamente tenían algo así, como tres mil metros de profundidad. La humanidad, especialmente los países industrializados, ha venido dañando de diversas maneras los ecosistemas y el aire que respiramos. En uso de combustibles fósiles ha tenido consecuencias desastrosas. Las emisiones de gases invernadero y Co2 a la atmósfera, ha causado el calentamiento global. De 1950 a la fecha, la temperatura en los inviernos, en la parte occidental de la península Antártica, ha aumentado 5 grados centígrados. Esta es una de las consecuencias, lo que significa que no se ha tenido ningún cuidado por frenar el calentamiento del aire como el de los mares. Cinco grados centígrados representa un cambio muy significativo, muy grave, tanto que glaciares muy importantes han colapsado y fluyen hacia el mar de Amundsen. Los vientos se han calentado, increíblemente, en 5ºC, y el promedio del aumento en la temperatura de la zona occidental, desde 1950, es de 2.5ºC, varias veces superior a lo que ha ocurrido en el resto del planeta. Los científicos explican el fenómeno de la siguiente manera: ocurre que los vientos más calientes ahora, al pasar por las superficie de los hielos, derriten en parte las zonas por donde pasan, formando tanques de deshielo sobre las plataformas; los estanque desaguan en grietas y las abren dentro del hielo, a mayor profundidad. Cuando las plataformas desaparecen, los glaciares estabilizados con anterioridad, se precipitan al océano, aumentando dos, cinco y hasta nueve veces su velocidad. Desde 1988, se han desintegrado cuatro plataformas. En la actualidad, el hielo se forma solo durante cuatro meses, en lugar de siete, como ocurría antes. Por otro lado, los científicos que realizaron sus investigaciones en 1994, pudieron comprobar que debajo de los glaciares, a profundidades de entre 600 a 900 metros, corría agua marina más dulce y caliente, con lo cual también deshiela la parte baja del glaciar. El agua procede del Pacífico sur, desde una distancia de más de 300 km., al norte. En este grave problema parecería que los gobiernos hubieran seguido la idea de que lo que no está dentro de sus tiempos, no es asunto de ellos. Por esto, los acuerdos de París resultan de especial importancia, porque aún cuando muchas de las consecuencias ocurrirían dentro de muchos años, lo cierto es que parecen imparables y, desde luego, hay algunas inmediatas o a corto plazo. Así, tenemos el caso de Pine Island, el mayor dique glaciar de la Antártida, que se está agrietando. La grieta se formó en su interior y el agua del océano fue penetrando hasta formar un gran valle. Si Pine Island se derrite, las costas del mundo se inundarán. Este enorme glaciar sirve de dique para el hielo del interior del continente que se deshace de dentro hacia fuera, con grietas y hendiduras en su interior, que hacen ver que podría sobrevenir un colapso. Este glaciar parte de la plataforma de hielo que delimita la banquisa del Antártico occidental, y es uno de los dos glaciares que los investigadores creen que son más propensos a sufrir un rápido retiro, trayendo más hielo desde el interior de la capa de hielo hasta el océano. El derretimiento inundaría las costas del mundo. Después de que en 2015 se separó un iceberg de 350 kilómetros cuadrados, los investigadores se dieron cuenta de que una grieta se formó en la base de la misma plataforma de hielo cerca de 35 Km. tierra adentro en 2013. La grieta aumentó en dos años, hasta que se apareció en la superficie del hielo y puso el iceberg a la deriva, en un proceso de 12 días, entre julio y agosto de 2015. Más de la mitad de agua dulce del mundo se encuentra congelada en la Antártica. El glaciar de Pine Island y su gemelo cercano, el glaciar de Thwaites, se asientan en el borde exterior de uno de los flujos de hielo más activos del continente. Al igual que los corchos en las botellas, impiden el flujo de hielo y mantienen cerca del 10% de la capa de hielo del oeste de la Antártida de drenaje en el mar. Los investigadores han afirmado que la capa de hielo del Antártico Occidental es particularmente inestable y podría colapsar dentro de los próximos 100 años. El colapso produciría un aumento en el nivel del mar de casi tres metros, lo que afectaría gravemente a ciudades como Nueva York y Miami y el desplazamiento de 150 millones de personas que viven en las costas alrededor del mundo. Estas investigaciones, encabezadas por Ian Howat, profesor asociado de la Universidad de Ohio State, se hicieron a partir de imágenes satelitales tomadas por el Landsat 8. La investigación de Rignot y otros durante años pasados, señala que es imparable el colapso de varios glaciares grandes que flotan en el mar de Amundsen. Tan solo entre 2002 y 2009, la plataforma frente al glaciar Smith se adelgazó 450 metros en algunos puntos; uno de ellos, frente al glaciar de Pope, se adelgazó hasta 250 metros. Es un proceso fuera de control que los científicos tratan de determinar con que rapidez ocurrirá. Otro científico, Fricker, encontró que de 1994 a 2012, la cantidad de hielo que desapareció de todas las plataformas de hielo antárticas, no solo de las del mar de Amundsen, se incrementó 12 veces más, de 25 kilómetros cúbicos a 310 kilómetros cúbicos al año, lo cual es una barbaridad. El colapso de glaciares muy importantes que Fluyen hacia el mar de Amundsen se ha tornado imparable. El tema es grave y no se puede tomar a la ligera; se trata de salvar sobre todo, a las próximas generaciones, por esto, los jefes de las naciones alrededor del mundo, deben actuar con sentido de verdaderos estadistas, pues deben de tomar acciones enérgicas, porque, de no hacerlo, las consecuencias serían catastróficas. Salven al planeta. Ojalá estemos todavía a tiempo.