Cancún-El tiburón ballena, considerado el pez más grande del mundo, se convirtió en imagen de las placas vehiculares que se reparten este año en la entidad, sin embargo, éstas se han convertido en blanco de robos en Quintana Roo. Las matrículas de los autos y unidades motoras tenían hace un año las imágenes del pez vela, pero en este 2014, cerca de 300 mil unidades que hay en el padrón estatal deberán contar con esta lámina de identificación, que cuenta con la imagen de la especie marina. Sin embargo, hace unas semanas, en Chetumal se denunció que las placas son robadas para venderlas por Internet a coleccionistas o como chatarra. De acuerdo con una denuncia pública hecha en la capital del estado, el ciudadano Juan Manzano dijo que le robaron sus placas en el estacionamiento de una plaza comercial. En una conferencia de prensa, explicó en un principio pensó que le habían retirado su placa para aplicarle una multa, pero al llegar a la oficina de Tránsito municipal le indicaron que no la tenían ahí. Un reporte de la oficina municipal de Tránsito en Othón P. Blanco (Chetumal) indica que propietarios de vehículos que recibieron sus placas nuevas reportaron su robo desde hace semanas, sin que haya una explicación oficial. Sin embargo, Manzano aseguró que las placas con el diseño son ofrecidas en Internet, donde son subastadas desde 40 dólares, es decir entre 550 pesos y 600 pesos. En contraste, un contribuyente gasta hasta 900 pesos en el cambio de sus placas, más el tiempo que tarda el trámite. En una página de Internet ofrecen placas con el tiburón ballena con costo de 40 dólares, que llaman la atención de coleccionistas, por el diseño que tiene. El tiburón ballena (“Rhincodon typus”) está enlistado en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 en la categoría de especie amenazada, y también figura en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Actualmente, cientos de turistas asisten al avistamiento del tiburón ballena en aguas del Mar Caribe de Quintana Roo, zona a la que llega para alimentarse de microalgas y larvas de organismos que sólo encuentra aquí. El tiburón ballena es inofensivo para el ser humano, por lo que está permitido nadar a su alrededor. Este contraste entre su tamaño y su docilidad constituye un atractivo para el turismo nacional y extranjero y una opción de ingresos rentable para los pobladores costeños.