Ada Estela Vargas Cabrero Buscando un perfil para la presidencia municipal, nada de “independientes”, es mejor pertenecer a un partido que exija un programa. Y surgió el nombre de una persona confiable, trabajadora, que conoce el municipio y ha salido muy bien parado de difíciles encomiendas: nada menos que Roberto Monroy, ahí está una opción. Se quejan de falta de dinero pero en una nota dan cuenta de que en la entidad hay 8 escuelas normales… ¡Ocho escuelas normales, sí, eso decía! Y la educción anda en bajísimos niveles. Luego entonces, si no hay dinero, ni resultados, y solo problemas de marchas, tomas y plantones algo les falta para suprimirlas y dejar solo la normal de educadoras y la normal urbana federal de Morelia. Las otras no se justifican. Otros absurdos. “Parque lineal” que no es sino un mamotreto, porque nadie quiere sentarse y oler excremento en las bancas a la orilla del apestoso “rio”. Ese dinero invertido en tapar baches hubiese sido mejor. Asimismo, las cosas que han hecho para peatonalizar la ciudad, son absurdas. Es inexplicable que con las friegas que le han puesto conserve el título de Patrimonio de la Humanidad. Por ejemplo, párese antes del inacabable mamotreto llamado teatro Matamoros, antes cine Colonial y verá las azoteas de los preciosos portales llenos de lonas blancas, mesas y sillas dando un aspecto horrible a tanto esplendor heredado. Voracidad, gente dinerera a la que la ciudad le importa un cuerno. La calle Abasolo tiene unos magníficos orinales, de puritita cantera con un arbolillo dentro que restan espacios peatonales y se ven feos. En la calle Belisario Domínguez más tardan en pintar fachadas que en llenarlas los vagos de grafiti. De ellos no se salva ni el acueducto, lo malo es quelas cosas se desgastan y se acaban con el maltrato. Presumen atención al adulto mayor, ahora que su día se celebra el 28 de este mes, pero no hay una instancia que se dedique a su atención, defensa, cuidado. Lo que hacen es fomentar la vanidad que ni con la edad se acaba. Promueven un concurso de “belleza” para sesenta y más, le enjaretan a la triunfadora una mala corona a la que le faltan algunas piedras y las jacarandosas participantes gastan más en su vestuario que los dos mil miserables pesos de premio, en fin. Ah, y en algún lugar sirven un desayuno para unos cuantos y tocan danzones para que bailen. Oh, si, es día de la abuela pues llévala a misa, a desayunar y vuelve a archivarla hasta el año que viene. Y si todavía vive el abuelo, que sean dos. Y pensar que viene navidad y año nuevo, noches de la tiznada por la fogata con cohetes y salvajadas de las gentes que viven frente a la casa. Quién sabe porqué los sacerdotes católicos sabiendo que están prohibidos los cohetes, sólo con ellos pueden celebrar a los santos. Y los santos siguen en ascenso, aunque el mundo no mejora en absoluto. México, creo en ti aunque cada día cuesta más trabajo, pero al fin y al cabo es el amado país, la Patria o tierra de los padres. Y cuando ondea la bandera más hermosa del mundo, el corazón late más de prisa, asimismo al entonar las notas de uno de los himnos nacionales más bellos del mundo, después de La Marsellesa. Maravilloso, magnífico, pero es necesario tratar de vivir de modo que no se dañe a otros, ni a la sociedad ni al medio ambiente para el bien común. Y la patria chica, esta Morelia de refinada estereotomía, debe ser la casa grande de todos, orgullo nacional por la herencia.
La Voz de Michoacán
