Nueva York, EDU.- Inmigrantes sin documentos en Estados Unidos, de los que la mayor parte son mexicanos, describen una existencia plagada por la incertidumbre y el miedo de que ellos o sus familias sean deportados de un país en el que han vivido y trabajado la mayor parte de su vida. “Siempre me levanto pensado que tenemos muchas necesidades, que tenemos que sacar adelante a nuestros hijos y, encima, tengo siempre el miedo de que pase algo cada vez que salimos a la calle, cualquier cosa, y de que no tenemos un documento que hable por nosotros”, dijo Esther Sánchez. Sánchez, originaria de Guerrero, emigró a Nueva York hace 14 años luego de que su padre dejara la casa familiar y ella quedara sin recursos para subsistir y sin alternativas laborales. En Estados Unidos, es madre de tres hijos que fueron diagnosticados con autismo. Entrevistada por Notimex luego de un evento comunitario organizado para exigir un alto a las deportaciones, Sánchez destacó que fue muy duro enterarse del autismo de sus hijos, una condición de la que ella no sabía nada, y que la obliga a estar en casa para cuidar de su familia. El miedo no sólo la ha apresado a ella y a su esposo, sino a toda su familia. Su hijo mayor, Neftalí, de 13 años de edad, ha temido desde que tiene memoria que sus padres salgan a la calle y que nunca regresen porque han sido víctimas del sistema de deportaciones de Estados Unidos. “Mi gran temor es quedarme solo, con mis otros dos hermanos, que nos manden a vivir con otra familia. Sé que sería una vida muy diferente. Mis hermanos tienen también ese temor, hasta la más chiquitita”, afirmó el joven. Para los más de 11 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos, la mayor esperanza es la aprobación de una reforma migratoria y, dado que el ambiente político no es actualmente propicio, que el presidente Barack Obama emita una orden ejecutiva para frenar las deportaciones. Hasta el momento, el gobierno de Obama ha sido el que ha deportado al mayor número de personas en la historia de Estados Unidos, con casi 400 mil personas expulsadas cada año. Para moderar esta estrategia, el presidente no necesitaría la autorización del Congreso. Jazmín Cruz, de 19 años de edad, emigró hace 13 años desde la Ciudad de México a Nueva York, donde obtuvo el beneficio de la Acción Diferida, que prohíbe su deportación y que durante dos años le otorga un permiso de trabajo. Cruz es una de los seis millones de mexicanos, de acuerdo con cálculos del gobierno de Estados Unidos, que viven sin documentos en el país. Pese a que Cruz es beneficiaria de Acción Diferida, al término de los dos años de permiso ella podría ser deportada también. Su familia, pese a no tener ningún antecedente criminal y a haber trabajado toda su vida en Estados Unidos, pagando impuestos y sin gozar prácticamente de ningún beneficio social, corre asimismo el peligro constante de ser expulsada del país. “Mi familia vive con miedo, como todas los que no tienen documentos en Estados Unidos, miedo de que al final del día no van a regresar a su casa porque los detuvo la policía, de que no saben lo que van a vivir mañana, de que les roben el dinero que han ganado en la semana”, aseguró. Cruz, junto con cientos de personas sin documentos, participó la noche del martes en un acto comunitario organizado por la Coalición para la Inmigración en Nueva York con el fin de pedir un cambio en la actual estrategia migratoria del gobierno. Mientras tanto, para Mónica Sibri, que llegó a Estados Unidos desde Ecuador cuatro semanas demasiado tarde para obtener los beneficios de Acción Diferida, enterarse de que no recibiría un permiso provisional de trabajo desmoralizó a su familia, que le pidió no seguir con su activismo. “Hay un miedo constante. No podemos trabajar legalmente, no podemos tener esta visión de que te vas a graduar de la universidad y de vas a conseguir un empleo. Te hacen sentir que no eres parte de la comunidad, cuando en realidad uno podría dar muchas cosas en su beneficio”, declaró Sibri.