Ciudad Hidalgo, Mich.- Como consecuencia de la muerte de 3 adolescentes en manos de policías, integrantes del mando único, la sociedad ciudadhidalguense se volcó en actos de justicia –en un principio- que se transformaron en vandalismo después. Esto, a pesar de que el presidente Salvador Peña Ramírez ha manifestado que se llegará hasta las últimas consecuencias y que se castigará a los culpables con todo el rigor de la ley. El domingo Ciudad Hidalgo se tiñó de sangre, cuando, alrededor de las dos de la mañana, 5 polimunicipales dieron muerte a 3 adolescentes, por, supuestamente, no pararse en cuanto la policía lo indicó. Aseguró la PGJ, mediante un comunicado, que fueron los adolescentes ‘quienes presumiblemente habían detonado un arma de fuego en su contra (de los policías), hechos ocurridos en el cruce de la calle Simón Bolívar y Leandro Valle de la colonia Centro’. Acto seguido, los policías dispararon. Estos hechos enardecieron a los ciudadhidalguenses, quienes, el domingo en la noche, y como una forma de pedir justicia, realizaron una marcha hacia las instalaciones del Ministerio Público, donde cometieron actos vandálicos. Este lunes también se manifestaron en contra de los policías. Por la tarde, los cuerpos de los 3 adolescentes, después de estar en un servicio religioso, fueron trasladados a las afueras del palacio municipal (los féretros), al grito de justicia. Las personas que acompañaban a los adolescentes caídos, pidieron –a gritos- que liberaran a los policías para lincharlos. Una vez que los ataúdes fueron levantados para llevarlos a darles cristiana sepultura, parte de quienes les acompañaban comenzaron a insultar al presidente y los funcionarios; no conforme con esto, les aventaron piedras, palos y lo que traían a la mano; dejando en la presidencia la huella de la violencia en los macetones ya rotos; además de que también rompieron los vidrios de las ventanas. Los actos de justicia, se volvieron a convertir en vandalismo, cuando, después de las 5 de la tarde, diversos adolescentes (mayormente), regresaron a palacio municipal, para sacar los muebles de las oficinas que dan a la avenida, que son –en su mayoría- de regidores. Para después de las 6 de la tarde, ya estaban los muebles destrozados en la calle (papelería, sillas, partes de escritorios, archiveros, computadoras y más), y un carro incendiado dentro de la presidencia. Estos actos hicieron que más personas se acercaran al jardín, y después de estar como 300, se multiplicaron hasta las mil 300, mil 500. No conforme con esto, los vándalos quisieron violar la cerradura de una cadena de la puerta principal, sin lograr su objetivo, porque en esos momentos se acercaron los granaderos. Esto hizo que los delincuentes corrieran. Algunos granaderos se pusieron en la puerta de presidencia, mientras otros se apresuraron a apagar el carro en su interior, con agua de la cisterna que estaba a unos pasos. Afortunadamente, no se incendiaron 4 o 5 vehículos más que estaban estacionados en el patio presidencial, uno de ellos, a escasos 80 centímetros del carro prendido. Cuando los granaderos salieron –después de apagar el carro- y se pusieron afuera del palacio municipal, las personas empezaron a aventarles sillas destrozadas, palos, pedazos de computadoras, cajones de escritorios y archiveros; todo lo que tenían al alcance de sus manos. Los granaderos sólo se protegían. Una mujer se descubrió el pecho y les gritó que porqué a ella no le disparaban como lo hicieron con los adolescentes. Con estas acciones, Ciudad Hidalgo se convirtió en un municipio violento, la ciudad fue tomada por unos adolescentes que se convirtieron en vándalos, pues arrasaron hasta con los adornos de las fiestas patrias, irónicamente, símbolos de tributo, de respeto y honor. En torno a esto; los familiares del adolescente muerto Ricardo Avilés Cuevas, mediante un comunicado, dejaron en claro que se deslindan de todo acto delictivo ocasionado en el municipio de Hidalgo, Michoacán, acto abanderándose de su dolor. Ellos solicitan justicia a las autoridades correspondientes, pero conforme a la ley. ‘Exhortamos a la ciudadanía a la cordura y agradecemos todas las manifestaciones de cariño y apoyo en estos momentos tan dolorosos para nosotros’, escribieron. Por su parte, el edil Salvador Peña Ramírez, afirmó en otro comunicado quelas autoridades municipales brindan todo el respaldo y apoyo a los familiares de los jóvenes fallecidos, con el fin de que se ejerzan las acciones penales y se determine la responsabilidad de los elementos del orden público. Dijo el alcalde que los acontecimientos ocurridos han consternado a todo el municipio. “Seguimos siendo responsables de la seguridad del municipio”, sin embargo, el bando unificado depende directamente de la Secretaria de Seguridad Pública del Estado y tendrán que asumir su responsabilidad cada uno de los elementos”.