Gleneagles.- Europa continuó su dominio sobre Estados Unidos en la Copa Ryder gracias a un comienzo a lo grande de Rory McIlroy, dos actuaciones dominantes y un novato que pegó el golpe de su vida para coronar su actuación por todo lo alto. Los europeos ganaron el torneo por tercera vez consecutiva, y por octava en sus últimas diez ediciones. Europa se aseguró por lo menos un empate cuando Jamie Donaldson, sin saber que ya había hecho lo suficiente para retener el título, hizo un envío en el hoyo 15 que quedó a dos pies del banderín. Keegan Bradley llegó al lugar, se quitó la gorra y concedió el birdie. Y empezaron las celebraciones. El resultado final fue Europa 16½, Estados Unidos 11½. Parece una historia repetida. "Me tocó a mí cerrarlo, pero se trata del equipo", afirmó Donaldson. "Todos dieron todo de sí para retener la Copa Ryder. Y es eso de lo que se trata". McIlroy, Graeme McDowell y Justin Rose aseguraron que los estadounidenses no saldrían adelante. Europa, con ventaja de 10-6, mantuvo el suspenso a un mínimo. McIlroy aplastó a Rickie Fowler. McDowell neutralizó una desventaja de 3 golpes para vencer a Jordan Spieth. Rose completó una semana invicto en Gleanagles cuando se repuso de una desventaja de 4 para ganar medio punto frente a Hunter Mahan. Martin Kaymer, que embocó el punto decisivo en Medinah, puso a Europa en el umbral de la victoria cuando enhebró un eagle en el hoyo 16 para derrotar a Bubba Watson. Eso dio pie para la intervención de Donaldson. "Fue el golpe de mi vida", se entusiasmó. El capitán de Europa, Paul McGinley, quien habló durante toda la semana sobre un plan de victoria, se quedó junto al hoyo 15 con el resto de los jugadores que habían completado sus compromisos. Donaldson fue abrazado por sus compañeros por haber dado otra alegría a Europa. Los estadounidenses todavía no le han tomado la mano a la competencia por equipos. Incluso apelaron a Tom Watson, de 65 años, el capitán de mayor edad en la historia de la Ryder y el último capitán estadounidense que ganó en suelo europeo. Watson dispuso una serie de medidas cuestionables durante el juego por equipos y su conjunto quedó el domingo con muy pocas esperanzas. Watson atribuyó la derrota a la modalidad foursomes -Europa quedó invicta en ambas sesiones y se llevó siete de los ocho puntos- aunque McGinley lo consideró un golpe de suerte. Cuando se le preguntó qué diría a su equipo en un encuentro al final, Watson respondió: "Ustedes hicieron su mejor juego pero no fue suficiente. Tendrán que descubrir qué es lo que hace falta para mejorar un poquito".