Lázaro Cárdenas, Mich.- La presión que la mancha urbana y su población ejercen sobre el hábitat de cocodrilos en Barra de Santa Ana, la laguna el Caimán, y el estero de El Pichi, ha provocado que los contactos físicos entre estos saurios y quienes realizan actividades recreativas o de pesca en ese lugar, sean cada vez más constantes. Este domingo pasado, al atardecer, una mujer no identificada, fue mordida en ambas piernas mientras se encontraba dentro el espejo de agua del estero de Santa Ana. El hecho no guardó registro oficial en los servicios de emergencia porque no fueron llamados aunque para el director de protección civil, Heberto Camacho Arguello, el caso no paso inadvertido. Víctima de profundas lesiones penetrantes y cortantes, la mujer fue ayudada por integrantes de la Asociación Civil de la laguna costera El Caiman, quienes hacen labores comerciales y turísticas en la zona. Apenas a finales de agosto de este mismo año, otra mujer, que también aprovechaba el fin de semana para departir con su familia, fue mordida en un brazo y no obstante que lo perdió, pudo salvar la vida. La señora Maricela Órnelas Cortez, de 29 años de edad, de la tenencia de Las Guacamayas, ingresó al santuario natural del cocodrilo ubicado sobre el boulevard playero, junto con sus hijos y otros familiares cuando pasadas las 18:00 horas el reptil de aproximadamente 2.5 metros de largo, la atacó. El ataque de este domingo, ocurrió prácticamente en las mismas circunstancias y a la misma hora en que los saurios salen a la playa tanto a dormitar como a alimentarse con los desperdicios de comida que la misma gente que llega a ese estero, adoptado y explotado como balneario turístico, les arroja para contemplarlos de cerca. En agosto de 2011 se registró ahí mismo una cacería entre cocodrilos para encontrar restos de un niño que fue arrojado al estero por un sujeto, detenido tiempo después. El año pasado, la búsqueda de un pescador de camarones en Mata de Carrizo, estero perteneciente al mismo sistema, permitió la localización sólo de sus pertenencias a orillas del lugar. La hipótesis establece que fue arrastrado por un saurio mientras pescada con su atarraya. “Definitivamente estos hechos ocurren por el abuso de la gente que no entiende que no está permitido nadar en ese espacio, no darle de comer a los cocodrilos y menos en condiciones alcoholizados”, dice el director de protección civil, Camacho Arguello. De poco ha servicio tratar de “aislar a los humanos de los cocodrilos”, que tiene que ser así porque los saurios están en su hábitat, en su espacio de reproducción, porque las mallas que se han colocado, desaparecen con el incremento de las mareas y si no es por conciencia de los visitantes, no se van a poder evitar estos contactos físicos cada vez más riesgosos, dice el funcionario quien reconoce que los ataques que se han sabido, han ocurrido precisamente en los fines de semana y porque la gente “rápidamente olvida” las experiencias ajenas y comete los mismos errores. En la zona de la barra de Santa Ana, afirma, son al menos 40 los cocodrilos que van de los dos a los 4 metros de longitud, los que “acostumbran” a salir del agua a las arenas de la barra, a calentarse y a “pescar” algo de alimento que los paseantes les arrojan para verlos más de cerca. En la laguna “mata de carrizo”, cuerpo principal del estero, habitan un número indeterminado pero éstos no tienen contacto con humanos. El funcionario municipal explica que alguno de los cocodrilos que aparecen en esa zona de riesgo, son animales que en una u otra ocasión han sido capturados por los cuerpos de auxilio en los canales pluviales de la zona urbana de Lázaro Cárdenas, o bien que son hallados en caminos cercanos, fuera de su hábitat y que son devueltos a ese espacio Los cocodrilos, explica por su parte el biólogo Luis Antonio Valdovinos, son animales de hábitos territoriales que requieren e su propio espacio para su reproducción y cuando este se encuentra abarrotado por otros, salen del cuerpo de agua principal donde se criaron a buscar en otros cuerpos de agua el espacio que necesitan. Es por ello, que será común encontrarlos en la zona urbana, como son los canales pluviales de la avenida Noyola, del que se encuentra cercano al libramiento y pasa por atrás del Ceti`s o del parque Rubén Romero Flores, que siendo canales pluviales descarga en el estero El Caimán y son usado por los saurios como vías de salida.