Es la noche de mayor tradición. Color, luz, misticismo, y miles de visitantes dan vida a la noche de muertos en la región lacustre de Pátzcuaro. Desde temprana hora de ayer sábado los turistas arribaron hacia la región, los panteones desde días atrás fueron limpiados por los distintos municipios que dan vida a la festividad mortuoria. Las familias, fieles a la tradición, fueron cargando las ofrendas que serán colocadas en la noche. Flores de cempasúchil, pan, mole y charanda están presentes y a la espera de las almas que regresan esta noche. Durante el día el camposanto es adornado en memoria de los niños que perdieron la vida. Los llamados angelitos son recordados con pequeños panes, juguetes tradicionales y acompañados por su familiares para recordar su breve paso por este mundo, pero sus bendiciones desde el cielo. El día previo al 2 de noviembre es conocido como el “Día de Todos los Santos” para la religión católica. Los visitantes acudieron al lugar donde se congregaron miles de personas para conocer la tradición viva, los dispositivos de seguridad se encuentran por doquier y los visitantes comenzaron a arribar entrada la noche en la zona cercana a Pátzcuaro. En Tzintzuntzan son las 18:30 horas y comienza a caer la noche, poco a poco las sombras van apareciendo por todos los rincones. Chamarras, bufandas y demás abrigos empiezan a aparecer, es momento en el que cada vez más gente empieza a arribar. Visitantes de Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, San Luis Potosí, Guerrero y Chiapas, entre otros comienzan a descender de los cada vez más recurrentes autobuses que se estacionan en las cercanías del camposanto que desde hace décadas fue dividido en dos. Como cada año los estacionamientos lucían abarrotados y centenares de jóvenes con bebidas embriagantes son la constante entre los asistentes. Mientras sigue avanzando el reloj las actividades culturales también continúan, la magia de la tradición sigue vigente y las catrinas también aparecen en el lugar. Son aquellas mujeres vestidas de gala y con rostro calavérico con quienes las fotografías no cesan. Los visitantes aprovechan el mínimo detalle para guardan en una imagen su estancia en el sitio. Desde metros atrás se impresionan al ver como las Yacatas comienzan a iluminarse. La seguridad es evidente, el dispositivo realizado por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) se observa durante toda la carretera que conduce de Morelia a Pátzcuaro, mismo que es auxiliado por la Policía Federal y el Ejército Mexicano, el objetivo es claro que se tenga una festividad en paz y con calma. Entre los paseantes también está desplegada la Fuerza Ciudadana, ante ello algunos miran con asombro como en Michoacán los policías son cada vez más. “Aquí hay mucho policía por todas partes”, dijo una joven con acento norteño que transitaba en las calles de Tzintzuntzan. Ya con la oscuridad de la noche, el frío comienza a aparecer. Son centenares de veladoras las que comienzan a alumbrar las tumbas en el camposanto. Las mujeres con los atuendos tradicionales y en completo recuerdo de sus seres queridos, al igual que lo realizan año con año, son quienes conforman la estampa que da vida a la noche de mayor misticismo del año. El olor a copal, a flores, se mezcla con el humo de las brazas en donde es calentado el ponche y corundas, hay quienes les obsequian a los visitantes un plato a fin de que conozcan la gastronomía típica, En el templo de la población también es colocado un camino con veladora mismo que resulta otro de los atractivos para los visitantes. Con solemnidad el recinto se encuentra abierto, hecho que aprovechan algunos para persignarse y realizar plegarias ante el altar. En San Jerónimo Purenchécuaro, la tradición es diferente por solo unos aspectos. Por la noche acuden los adultos mayores a poner las flores en los altares, no se quedan en velo, sino que solo dejan las veladoras prendidas para que lleguen las ánimas. En la población del municipio de Erongarícuaro está mal visto que la gente tome bebidas alcohólicas en el camposanto. Kilómetros más adelante se llega a Santa Fe, en el lugar los altares adornan algunas casas que recuerdan a quienes se fueron en los últimos meses. Fue organizado un torneo de Uarhukua en honor a los muertos, los jóvenes patean por la plaza la pelota con fuego mientras miles de visitantes contemplan el mismo.