Cientos de periodistas egipcios rechazaron una reciente declaración política hecha por los editores de periódicos —que prometen respaldo casi absoluto al estado y prohíben cualquier clase de crítica hacia la policía, el ejército y el poder judicial_, porque creen que esa medida busca crear una sola voz en los medios. En un comunicado publicado hoy en redes sociales, los periodistas dijeron que combatir al terrorismo es una obligación y un honor, pero que eso no tiene nada que ver con la "rendición voluntaria" a la libertad de expresión como la que dejaron ver los editores en su declaración del 26 de octubre. "Enfrentar al terrorismo con medios encadenados y la boca cerrada es como ofrecer al país como una presa fácil del extremismo y convertir a la opinión pública en una creatura ciega, inconsciente de dónde vendrá el golpe o cómo lidiar con éste", agregó el comunicado. Jaled el-Balshi, integrante de la junta del Sindicato de Periodistas, organización que inició el movimiento, dijo que el comunicado se produjo tras una reunión el sábado en la que los periodistas discutieron el futuro de los medios locales. El-Balshi, quien es editor de un cibersitio de noticias, afirmó que al menos 300 periodistas han firmado hasta ahora el comunicado publicado en internet. "Se trata de un intento de que los periódicos hablen con una sola voz", dijo a The Associated Press. "Lo que hicieron los editores fue como crear un partido político en apoyo del régimen. Lo que quieren es acabar con la diversidad". El pronunciamiento de los editores hecho la semana pasada hizo recordar los tiempos del autócrata Gamal Abdul-Nasser, quien gobernó el país en las décadas de 1950 y 1960, pero también parece responder a los deseos de un país cansado de la inestabilidad, el derramamiento de sangre y la crisis económica que lo ha agobiado desde el derrocamiento de Hosni Mubarak, hace tres años. El enfrentamiento entre periodistas y sus editores es el episodio más reciente de la lucha entre autoridades y los medios leales a ellos, quienes se preocupan por la seguridad por encima de todo, y pequeños grupos de activistas promotores de libertades democráticas formados casi en su mayoría por grupos seculares e izquierdistas.