Julio Ceniceros/La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Son tantos los secretos femeninos que Isabella Santo domingo nos comparte en su monólogo “Los caballeros las prefieren brutas” que el relato se convierte en una joya invaluable. Auténtica, desinhibida y sin censura, la primera actriz, escritora y conductora colombiana, conquistó al público de Morelia con la versión en ‘Stand up’ del Best seller homónimo de su autoría, un libro que también tiene una exitosa serie de televisión. Las “reflexiones” de Isabella con respecto al amor y las relaciones de pareja, tienen la gran virtud de ser estructuradas a manera de chiste, y así hasta las verdades más ocultas y vergonzosas pueden ser vociferadas en público, con todo y pantomimas. La mejor comedia femenina Lo que a simple vista pareciera un manual para entrenar a las mujeres sobe cómo lidiar con los hombres, se convierte en un sorpresivo abanico de chistes, una comedia femenina sin precedentes en América Latina. Así, entre broma y broma, nos enteramos que las mujeres son capaces de ser machistas por conveniencia, que la gran mayoría tiene un vibrador escondido (y que además lo consideran un artículo de primera necesidad), que el tamaño sí les importa, entre otras tantas cosas que abruman a cualquier caballero. Demasiada información para ellos, pero la charla más divertida para ellas. La gran mayoría del público esa noche eran mujeres, solteras casi todas “¿Pero qué está pasando en Morelia, qué crisis están viviendo?”, se preguntaba la actriz desde el escenario. Aunque había caballeros, casi todos presentes como “acompañantes”, eran las mujeres las de las carcajadas más fuertes cuando Isabella se refería a los maridos como “eso”, o “el bulto ese que respira”. Supimos también que las mujeres tienen muy desarrollada la virtud de la tolerancia, y justamente al respecto confiesan que: “peor que un hombre que no dure mucho, es uno que dure demasiado” a la hora de “intimidar”… ya se imaginarán la cantidad de chistes que pueden surgir respecto a esta bochornosa situación, como esa verdad incómoda de que “El matrimonio es todo un tratamiento: mientras él trata, yo miento”. Seamos sinceros En un arrebato de sinceridad irrefutable, Isabella sugiere a las féminas: “Si usted quiere un hombre fiel, cásese con un pobre. Es que los hombres no son más infieles porque no tienen más lana… y aún así no se los puedo garantizar”.