A Jesús Quemada Parra lo enterraron en una fosa clandestina con todo y cartera. En ella llevaba tres tarjetas bancarias que medio quemaron junto con su cuerpo el cual, de no ser por lo ocurrido el pasado 26 de septiembre contra los estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero, seguiría sin identidad. En la búsqueda de los 43 jóvenes, integrantes de la Policía Comunitaria de la Costa Chica se encontraron con una tumba en los alrededores de Iguala. Después de cavar un poco descubrieron que había restos humanos y algunos artículos personales. Por acuerdo con las autoridades no sacaron los cuerpos, pero las cosas que estaban por encima sí podían verse. Entre ellas, estaba la tarjeta bancaria con el nombre completo de una de las víctimas.