Sao Paulo.- La intensa lluvia que cayó hoy en Sao Paulo no frenó a decenas de personas que hacían fila para comprar a partir del primer minuto de este jueves los nuevos teléfonos de Apple iPhone 6, que en Brasil tienen los precios más altos del planeta. Los fanáticos de la marca de la manzana mordida tampoco se detuvieron por los cientos de celulares iPhone 6 que se comercializan de contrabando en el internet brasileño a precios de saldo. “Lo sé, es una locura, pero no siempre se puede viajar al extranjero para comprarlo”, explicaba a Notimex Ana Paula, una abogada que confesaba su intención de adquirir el nuevo teléfono de la marca californiana en las próximas semanas. Para ello deberá desembolsar nada menos que dos mil 789 reales (más de mil 100 dólares) por el modelo básico de 16 gigabytes, lo que supone que los consumidores brasileños pagan un 60 por ciento más por el mismo dispositivo que los estadunidenses, o un 45 por ciento más que los mexicanos. Todo ello como consecuencia de los altos impuestos y los aranceles a la importación de productos tecnológicos que hacen a Brasil uno de los países más proteccionistas de Occidente, pese a ser una de las potencias exportadoras industriales y agroalimentarias de América del Sur. Las comparaciones de precios de los productos Apple suscitan indignación en un país en el que cualquier dispositivo de esa marca es sinónimo de estatus y éxito social, por lo que no son pocos los que deciden pedir créditos para pagar sus teléfonos (lo que encarece un 10 por ciento suplementario el producto). El iPhone 6 Plus de 64 gigabytes, por ejemplo, cuesta en Brasil mil 700 dólares, mientras que en Estados Unidos apenas sobrepasa los mil dólares y en México se sitúa en poco menos de mil 200. Ese desfase en el precio provoca que, quien viaja al exterior, aprovecha para comprar y traer bienes al país, a riesgo de que las autoridades aduaneras en los aeropuertos impongan cuantiosas multas a quienes se saltan las estrictas cuotas. El aeropuerto de Sao Paulo, el principal en conexiones con el exterior, implementará a partir de enero próximo un sistema de reconocimiento facial para detectar a quienes viajan de forma frecuente al extranjero. Asimismo, pedirá a las aerolíneas información sobre el número de maletas embarcadas, todo ello con el objetivo de detectar si ingresan productos de contrabando en el país para lucrar ilícitamente. El Banco Central de Brasil asegura que el año pasado los brasileños que viajaron al exterior gastaron la cifra récord de 23 mil 500 millones de dólares, y los ciudadanos del país sudamericano ya se convirtieron en una de las nacionalidades que más gastan en compras en Miami o Nueva York.