MÉXICO, DF.- “El Ramoncito”, Ramón Severiano Martínez, e identificado como otro de los autores materiales en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, fue detenido por las autoridades federales, con lo que suman 80 los detenidos vinculados al caso. Severiano Martínez se encuentra en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) ya que también se le indaga por el secuestro de un joven ocurrido en Taxco, Guerrero, de acuerdo con fuentes ministeriales. Sin embargo fuentes federales ubican a “El Ramoncito” como uno de los sicarios al servicio de la organización criminal “Guerreros Unidos”, por lo que se espera que proporcione información para saber del paradero de los normalistas desaparecidos desde el pasado 26 de septiembre. De acuerdo con las autoridades, Ramón Severiano fue ubicado y detenido en los límites de los municipios de Cocula e Iguala, y luego llevado a las instalaciones de la SEIDO. Se espera que en su declaración, el detenido dé más detalles sobre el paradero de los 43 normalistas, ya que él habría participado en el secuestro de los estudiantes. Los hechos ocurrieron el 26 de septiembre pasado, cuando estudiantes fueron atacados por policías municipales de Iguala y posteriormente fueron entregados a integrantes de Guerreros Unidos en complicidad con policías de Cocula. Entre los detenidos destaca el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y su esposa María de los Ángeles Pineda, identificados como autores intelectuales de los ataques a los estudiantes. Ángeles Pineda se encuentra arraigada, en espera de que la investigación arroje resultados para fincarle delitos. Implicados. Otros detenidos son Sidronio Casarrubias Salgado, líder de Guerreros Unidos; Isaac Patiño Vélez, persona cercana al líder; el ex subdirector de la policía de Cocula, César Nava González, identificado también como integrante de la organización criminal. Así como, Patricio Reyes Landa, “El Pato, Jonathan Osorio Gómez, “El Jona”, y Agustín García Reyes, “El Chereje”, estos tres últimos confesaron haber participado en la supuesta ejecución de los normalistas en una improvisada hoguera que prendieron en el basurero de Cocula y que alcanzó los mil 600 grados centígrados.