Una tortuga gigante ayudó a su compañera en un zoológico de Tailandia a voltearse y ponerse en sus cuatro patas nuevamente. Una de ellas yacía con el caparazón hacia abajo cerca de un arbusto, entonces su compañera se acerca y coloca su cabeza en un costado de la otra. Con un empujón la lanza hacia un costado, quedando de pie nuevamente. Un final feliz para ambas, quienes se alejan caminando una tras la otra. El video fue tomado por una mujer y su hija, quienes visitaban el zoológico. Para una tortuga quedar sobre su caparazón por mucho tiempo puede causarle la muerte. Los pulmones se encuentran en la posición dorsal de su caparazón, si el animal permanece por mucho tiempo apoyado sobre su espalda, la compresión por parte de otros órganos internos dificulta la respiración y puede ocasionar asfixia. http://youtu.be/xJ87DJl_jbc