Comuneros de Pichátaro y Sevina se unieron para tomar la autopista y la carretera libre Pátzcuaro-Uruapan, para exigir a las autoridades competentes, acciones contundentes para frenar la tala clandestina que afecta a la región, misma que ha generado un fuerte conflicto intercomunitario entre Sevina y Comachuen, quienes a su vez mantienen bloqueos carreteros en distintos puntos del municipio de Nahuatzen. Por su parte, la comunidad de Pichátaro exige, además, el cumplimiento de diversos acuerdos suscritos por el presidente municipal de Tingambato, y reuniones de trabajo con distintas dependencias estatales y federales. Entrevistado al respecto, Jesús Salvador González, Jefe de Tenencia de Pichátaro, aseguró que están demandando el equipamiento de su ronda comunal con armas y otros dispositivos; la entrega de recursos para diversas obras de infraestructura comunitaria; la culminación del relleno sanitario, entrega de maquinaria y volteo para el servicio de limpia; la conclusión del tramo carretero que conduce a Erongarícuaro, entre otros puntos. Aseguró Salvador González, que la comunidad exige también, el cumplimiento a la minuta de acuerdos firmada con el edil de Tingambato a mediados de noviembre, donde éste se comprometió a gestionar reuniones de trabajo con diversos funcionarios del sector salud, desarrollo social, medio ambiente y más. Como se recordará, a principios de semana, la comunidad de Sevina bloqueó la carretera que conduce a Comachuen, en protesta de que habitantes de este poblado continúan la tala ilegal, tal y como los acusan en Pichátaro y otros pueblos de la región. En voz del Representante de Bienes Comunales, Noé Chávez Morales, su comunidad ha perdido en los últimos 15 años, más de mil 500 hectáreas de bosque, por lo que decidieron no permitir que el saqueo continúe. Al juntarse los comuneros de ambos núcleos agrarios en el entronque de San Juan Tumbio, el representante de Sevina leyó un documento en donde advertía de los daños ambientales que la “tala indiscriminada” está provocando, al tiempo de asegurar que la imagen del derrumbe de Angangueo de hace unos años, es un espejo en el que no quisieran mirarse, por lo que exigen la restitución del bosque y para ello reclamaron “una mesa, no de negociación sino de trabajo”.
La Voz de Michoacán
