Fue en el último de la tarde, "Conocedor", un negro bragado de 460 kilogramos, donde el queretano mostró la casta, pues al principio se vio un toro débil de remos y en la embestida. Sin embargo, a base de naturales y dos buenos cambiados que motivaron al respetable, El Payo comenzó a tejer una faena que adornó con la suerte del péndulo en varias ocasiones, prácticamente tocando con sus piernas las astas de "Conocedor". La estocada no fue la excepción, pues se arrojó de lleno clavando la espada hasta los gavilanes que, aunque tendida, fue suficiente para que arrancara la ovación de los espectadores. El juez, impreciso y en una tarde problemática, le concedió una apéndice pero, ante la insistencia de los presentes que con los pañuelos blancos le exigían, decidió otorgar la segunda. En el primero de sus astados, "Samurai", un castaño encendido de 540 kilos, Octavio García jugó con desplantes y muletazos rematados con manoletinas, faena que cuajó con una estocada también tendida pero fulminante, lo que le valió la primera oreja concedida por el juez. Pablo Hermoso de Mendoza y el matador francés Juan Bautista se fueron en blanco, sólo aplausos, pues poco pudieron hacer ante un encierro débil y escaso de bravura, proveniente de las ganaderías de Teófilo Gómez y Campo Hermoso. Incluso, el segundo del rejoneador, con divisa de Teófilo Gómez, regresó vivo a los corales, ya que al contacto con el primer rejón se negó a embestir, huyendo por todo el redondel ante el acoso de Hermoso de Mendoza. La actitud del juez, que se negaba a ordenar el cambio de astado, provocó la rechifla general, por lo que tuvo que ser custodiado por elementos de Seguridad Pública municipal ante los reclamos que algunos aficionados le hacían.