Economía: El primer beneficio que verás cuando pases del refresco al agua es el económico. El agua es más barata que una lata de refresco, y si haces el propósito de salir de tu casa con ella, ni siquiera tendrás que desembolsar esos pesos extra en la calle. Peso: Mientras que el agua es un aliado para cualquier plan de dieta, pues además de ayudarte a bajar te mantiene hidratada y te da la sensación de saciedad, el consumo prolongado de refresco provoca un aumento de peso porque esta bebida tiene un alto contenido de azúcar. Y aunque tomes el light, jamás será tan puro como el agua. Además, en versión "de dieta" el precio aumenta, lo cual nos regresa al punto uno. Descanso: Puedes beber agua a la hora que sea y no te pasará nada (solo te darán ganas de ir al baño), a diferencia del refresco de cola que contiene cafeína y por tanto puede provocar ansiedad y un estado de alerta que afecte a tu descanso. Apariencia: Hasta este punto hemos hablado de los beneficios que beber agua tiene sobre tu descanso, tu peso y tu economía, aunque también es una gran aliada de nuestra belleza. Beber agua mantiene nuestro cuerpo hidratado por dentro y por fuera, lo que se refleja en una piel más tersa, un aliento agradable y un cabello más bonito. A diferencia de quienes toman refresco, que pueden tener manchas en los dientes y una piel y cabello opacos. Salud: Beber agua de manera regular es uno de los mejores hábitos que puedes tener; te ayuda a limpiar el organismo de toxinas, mejora tu digestión y previene muchas enfermedades... A diferencia de los riesgos de salud que corremos si tomamos mucho refresco. Con información de Imujer