Entre el estrés, la tecnología y las exigencias de la vida actual, cada vez nos es más difícil conciliar un buen sueño. Si eres de las que da varias vueltas en la cama antes de dormir, prueba adoptar estos 4 hábitos básicos para combatir el insomnio. Date una ducha tibia: No hay nada como una buena ducha para relajarnos. Si es en tina, puedes regalarte una sesión digna de un spa profesional, con velas, música y sales de baño. Y si es en regadera, aprovecha la presión del agua tibia sobre tu espalda, destensará tus músculos y te dejará lista para un descanso total. Escucha música relajante: No necesitas ser una experta en meditación para que el cerebro obtenga los beneficios de escuchar música instrumental, pues aunque no te apasione, verás qué es una gran aliada para tu descanso. Lo mejor son las melodías sin letra para no distraerte; la música instrumental o clásica estimula a tu cerebro de manera subconsciente, por eso si te acostumbras escuchar algo de esto antes de dormir cada noche, seguro propiciarás el descanso. Cena algo ligero: Generalmente cometemos dos errores relacionados con la comida y el descanso: uno de ellos es no cenar y el otro es cenar demasiado. ¿Por qué? Recuerda que durante la noche tu cuerpo necesita descansar, lo que significa tener cero estrés para que pueda recuperarse del día. Si te vas a la cama sin comer o cenas demasiado estás poniendo tu cuerpo a trabajar o a reclamar alimento ¿y quién puede descansar así? Encuentra un punto medio, un hábito que además te beneficiará en otros aspectos. Desconéctate: Estamos tan acostumbrados usar la tecnología (televisores, celulares y computadoras) que no notamos el daño que nos hace. A veces, el insomnio es resultado de la sobreestimulación de nuestra vista y nuestro cerebro a causa de la tecnología, por lo que es muy difícil relajarnos después de ver una pantalla. Por eso, antes de dormir mejor haz otra cosa: lee un libro, toma un paseo, organiza la ropa o elige otra actividad que no te exponga a dispositivos. Recuerda el descanso es muy importante y como muchas actividades requiere de constancia y rutina. Si te acostumbras a prender la tele cada que no puedas dormir, al siguiente día te pasará lo mismo. Con información de Imujer