El Papa Francisco quiere una “paz integral” y no sólo política para Colombia, una pacificación que esté “inspirada en el evangelio” para que sea “sólida y sostenible”, aseguró el cardenal José de Jesús Pimiento Rodríguez. En declaraciones a Notimex el arzobispo emérito de Manizales y flamante purpurado, consideró que su designación como cardenal es también un mensaje de aliento del Papa a su país, que lleva muchos meses de negociaciones entre el gobierno y la guerrilla. Bergoglio ha expresado más de una vez su apoyo a estas conversaciones, que tienen lugar en La Habana (Cuba) e involucra a exponentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). “Indudablemente es signo de amor y estímulo para la Iglesia local en Colombia y un llamado a la nación a construir una patria digna, grande, que supere los grandes problemas que la afectan y recupere los valores éticos, políticos económicos y sociales, con verdadera equidad que realice la paz social”, estableció en comunicación electrónica. El pasado miércoles 18 de febrero Pimiento cumplió 96 años y por razones de edad no pudo viajar a Roma para recibir de manos del Papa Francisco el birrete púrpura el 14 de febrero y pidió la dispensa para que le confieran las insignias cardenalicias el 28 de febrero en la catedral de Bogotá, como ocurrió A su edad es una “leyenda viviente” de la historia de la Iglesia latinoamericana en los últimos 50 años; uno de los poquísimos “sobrevivientes” del Concilio Vaticano II, asamblea en la cual asistió como “padre conciliar”. Además tomó parte en las conferencias del episcopado latinoamericano (Celam) de Medellín en 1968, de Puebla en 1979 y de Santo Domingo en 1992. Su cardenalato le llegó por sorpresa. En su residencia de Foyer de Charité San Pablo (Bucaramanga), algunas personas le dieron la noticia. Primero pensó que sólo se trataba de “chismes graciosos”, hasta que recibió la llamada telefónica del nuncio apostólico Ettore Balestrero y comprendió que todo era verdad. “Me sorprendió grandemente como algo inesperado y la comprendo solo como don de Dios y magnanimidad del sumo pontífice Francisco que concede importancia a los débiles y marginados.”, comentó. Sobre las exhortaciones del líder católico a los cardenales a mantener la humildad, apuntó: “Sabia y firmemente el sumo pontífice amonesta a toda persona de Iglesia a la conciencia de la propia identidad y responsabilidad, lo que suscita renovaciones y reformas fundamentales para una Iglesia viva, misionera de fidelidad total al evangelio”.