México se convirtió en el principal comprador de América Latina de aeronaves y vehículos militares de Estados Unidos, por un monto de 1 mil 441 millones de dólares, lo que representa la quinta parte del presupuesto anual de la defensa mexicana, sin contar las compras realizadas a otros países en el mismo rubro. Se trata no sólo para reemplazar la flota militar que tiene, sino también de incorporar una nueva generación de vehículos en la defensa nacional. La venta de vehículos y aeronaves, que fue autorizada por el Departamento de Estado estadounidense, incluye 3 mil 335 automotores todo terreno conocidos como Humvee, que implicaron un costo de 556 millones de dólares, casi el mismo número de vehículos que Afganistán adquirió en el ciclo 2010-2011, esto es, 3 mil 334 vehículos de esos. Además, se autorizó la compra de 23 helicópteros Black Hawk por un monto de 905 millones de dólares, así como la adquisición de un lote de aviones de entrenamiento Beechcraft T-6C Texan II por un monto de 480 millones de dólares, señala la Agencia de Cooperación en Defensa de Seguridad del Pentágono. Por el monto de las compras, México se ubica en el primer lugar de 39 países de América Latina y El Caribe que realizan adquisiciones militares a Estados Unidos, según información de la Agencia y la Security Assistance Monitor. El reporte oficial de las ventas totales correspondientes al año de 2014 será dado a conocer hasta después de mediados de año; sin embargo, las autorizaciones del Departamento de Estado y el reporte de la Agencia de Cooperación en Defensa de Seguridad dan cuenta del monto de las adquisiciones que hizo México el año pasado, al detallar el tipo de las aeronaves y Humvees, cuyas entregas aún no se han reportado en nuestro país. “México retirará algunos helicópteros y vehículos que serán reemplazados por estas ventas, pero más que reemplazar equipos viejos, es introducir una nueva clase de equipo de mucha más alta tecnología, que requeriría de un mantenimiento mucho más costoso”, indicó Adam Isaacson, coordinador de la Oficina de Latinoamérica en Washington (WOLA) al ser consultado. Isaacson, experto en temas de defensa, relaciones cívico-militares y asistencia de Estados Unidos a América Latina, agregó que las compras “llaman la atención por su impacto sobre las capacidades mexicanas, es tener toda una nueva flota por el énfasis en el transporte para desplazar a efectivos y por el costo: estas ventas por sí solas equivalen aproximadamente a la quinta parte del presupuesto anual de defensa de México”. Parte de las compras de las Fuerzas Armadas estuvieron encaminadas a la renovación de flota aérea y parque vehicular, las cuales quedaron establecidas en el “Programa de Defensa Nacional 2013 a 2018” del gobierno federal, por lo que los Humvees y Black Hawk autorizados en 2014 por el Departamento de Estado son destinadas a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). “El no contar con una infraestructura aeronáutica nacional para la fabricación de aeronaves y sus componentes, da como resultado la dependencia tecnológica de otros países para los procesos de adquisición, modernización y reparación del material aéreo, radares y sistemas de navegación", precisa el programa de la Sedena. La Fuerza Aérea Mexicana reportó una flota de 346 aeronaves, de las cuales 204 se encuentran operativas y 142 están fuera de servicio, por lo que para revertir esa situación se proyectó la adquisición de material de vuelo, entre ellos 91 helicópteros, así como 81 aviones, detalló entonces el programa de la Sedena. La modernización de la flota aérea, explicó, permitirá garantizar la seguridad del espacio aéreo nacional, mantener un adecuado adiestramiento de las tripulaciones, así como poder efectuar operaciones para reducir la violencia, fortalecer la vigilancia, intercepción aérea, operaciones contra el narcotráfico, transporte logístico y de personal, y apoyo a la población civil en casos de desastres. Adicionalmente, la Sedena refirió que “la renovación y modernización de los recursos materiales tiene una justificación fundada y coherente, con el desgaste de los medios, y con las amenazas y riesgos que enfrenta el Estado”. En 2013, a través del programa sectorial de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), se informó que 55% de las 346 aeronaves que integraban la flota de la Fuerza Aérea Mexicana tenían más de 21 años de servicio, y 142 del total estaban fuera de servicio, por lo que se proyectó la compra de 172 aeronaves para el resto del sexenio.