Feministas mexicanas criticaron hoy la reunión que organizó la ONU para impulsar la igualdad de género en el mundo debido a que, a su juicio, el documento básico aprobado representa un retroceso respecto de acuerdos previos. Al igual que numerosos grupos civiles de América Latina, las mexicanas criticaron que la declaración política aprobada por la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, que reunió del 9 al 20 de marzo a miles de activistas en la sede de la ONU, en Nueva York, no avanzó en la lucha de género. La debilidad del documento, puntualizaron las representantes, se debió en buena medida a que los procesos de debate implementados por la ONU durante la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, por sus siglas en inglés) no tomaron en cuenta a la sociedad civil. En una misiva enviada a la directora de ONU-Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, numerosas organismos civiles mexicanos y latinoamericanos asentaron que la declaración política contiene “vacíos importantes”. Señalaron que la declaración omite menciones a los derechos sexuales y reproductivos, y al concepto de igualdad de género, además de que tampoco incluye mecanismos para la transparencia y rendición de cuentas, ni compromisos para lograr la igualdad de género. Mara Muñoz Galván, directora del Centro de Justicia para las Mujeres del estado de Zacatecas, expresó que respecto de otras reuniones para promover los derechos de las mujeres, la participación de la sociedad civil en esta fue en extremo marginal y poco transparente. “Llamamos a ONU-Mujeres para que utilice los vínculos que tiene con la sociedad civil organizada para que revise los documentos emitidos en esta reunión y para que se abstenga de volver a implementar métodos poco transparentes de trabajo”, dijo Muñoz a Notimex. La cita de este año, celebrada en su edición 59, fue especialmente representativa porque marcaba los 20 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, que fijó metas y objetivos a la comunidad internacional para cerrar la brecha entre los géneros en el mundo. María Consuelo Mejía Piñeros, directora del grupo Católicas por el Derecho a Decidir, apuntó que la declaración política “es una pena” y que “da mucha tristeza” debido a que representa un retroceso respecto a reuniones celebradas incluso cinco años después de Beijing. “Hemos visto con preocupación que en los últimos años un bloque de países fundamentalistas y conservadores dentro de la ONU se ha opuesto de manera rotunda a que los documentos hagan mención de derechos sexuales y reproductivos, o de que jóvenes accedan a esta información”, dijo. En entrevista con Notimex, insistió en que existe un grupo de países, apoyados por el Vaticano, que obstaculiza los procesos de discusión de la sociedad civil y que se ha opuesto a algunos de los derechos de las mujeres asentados en otros documentos multilaterales. “Sigue habiendo un juego de tensión y poder, y nosotras pensamos que eso no tiene sentido, porque lo que debería de estar en el centro de la discusión es el bienestar de las mujeres: el ejercicio de sus derechos, la justicia y la llamada igualdad”, opinó. Por su parte, Cristina Hardaga Fernández, representante del organismo JASS en Mesoamérica, manifestó que es una seria omisión que la declaración política no hiciera mención ni a las defensoras de los derechos humanos de las mujeres, ni a la población indígena femenina. La declaración política es, además, incompleta “en términos del reconocimiento al movimiento feminista y a la contribución de las mujeres en la promoción de la igualdad de género”, declaró Hardaga.