Una hectárea del árbol de hule captura al año alrededor de 400 toneladas de dióxido de carbono, señaló el investigador del Inifap, José Miguel Hernández Cruz, que ubica el vegetal como remedio de la contaminación. El especialista del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Pecuarias (Inifap), argumentó que por su contribución al ambiente y a la economía, en México proyectan aumentar la producción, aunque en el mundo el precio se mueve conforme a la cotización del petróleo, en estos momentos deprimida. Los árboles del hule de una hectárea procesan unas 200 toneladas menos de dióxido de carbono que una selva virgen del Amazonas y como el resto de los vegetales, participa contra el efecto invernadero a nivel global, dijo en entrevista con Notimex. “El árbol del hule procede de la selva baja del Amazonas (Hule hevea brasiliensis), aunque su mayor desarrollo, por la aplicación de tecnología, lo ha tenido en Asia, considerada como selva productiva, y en donde obtienen la mayor producción a nivel global”, indicó. El especialista en Sistemas Producto de Hule y Palma de Aceite comentó que la vida económica del árbol de caucho es de 30 años, lo cual ayuda a que el productor se arraigue en su tierra y no emigre a las ciudades. Añadió que al árbol se le extrae el látex, materia prima de productos e hule, y al final de su vida económica se puede aprovechar su madera o dejarlo para servicios ambientales. “El hule tiene un ciclo de nutrientes cerrado. En esta época inicia la defoliación del árbol, tira su follaje aportando buena cantidad de materia orgánica, que al descomponerse, suelta nutrientes necesarios para que sea sostenible su vida o ciclo de vida”, explicó. Comentó que esta especie forestal tiene un periodo de inmadurez de seis años, desde que se planta en campo hasta su primera cosecha de hule. “Una vez comenzada la producción, el rendimiento del caucho crece y se estabiliza a los 12 años para generar cuatro toneladas por hectárea-año de hule coágulo húmedo, que al final se convierten en 1.5 o 1.7 toneladas de hule seco”, precisó. El ingeniero agrónomo con Maestría en Producción Agrícola apuntó que hay unas cuatro mil 300 hectáreas de esa plantación en Tabasco, de ellas, al menos tres mil hectáreas están en el municipio de Huimanguillo y el resto en Macuspana, Jalapa y en Teapa. Resaltó que la superficie de hule ha crecido 15 por ciento el último lustro, y el Consejo Estatal de Productores de Hule tiene en proyecto sembrar este año 400 hectáreas nuevas; otras 500 hectáreas en 2016, y 700 más en 2017, tanto en Macuspana como en Huimanguillo. El investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Pecuarias, Campo Experimental Huimanguillo, afirmó que los productores confían en que el precio del hule vuelva a incrementarse. Refirió que su valor se relaciona con el del petróleo, pues conforme baja el del hule sintético, también baja los del látex natural. Señaló que en 2010 se alcanzaron los máximos precios del caucho natural, a cinco dólares el kilogramo de hule seco y hoy está a menos de la mitad. La caída en los precios también se debe a que Tailandia sacó sus reservas al mercado, al ser el segundo productor mundial con 3.5 millones de hectáreas, después de Indonesia, con cuatro millones de hectáreas.