El papa Francisco comenzó el domingo los servicios solemnes de Semana Santa con la tradicional Misa de Ramos en la plaza de San Pedro, haciendo hincapié en la humildad y recordando a los muertos en el accidente de Germanwings. Al final de la misa fuera de la Basílica de San Pedro, a la que asistieron unos 70.000 fieles, Francisco oró por quienes murieron en el accidente del martes en los Alpes franceses. Recordó que a bordo de la aeronave había un grupo de escolares alemanes. El desastre mató a 150 personas, entre ellas el copiloto, que según los investigadores estrelló deliberadamente el avión en la montaña. Durante la procesión tradicional, Francisco sostuvo una palma en la mano. En línea con el tono sencillo de sus dos años de papado, Francisco se apoyó en un bastón sencillo de madera, en lugar de en uno de los modelos tradicionales más ornamentados, de pie bajo un palio rojo en los escalones de la basílica. El papa y otros prelados en la misa vistieron de rojo en alusión a la muerte de Jesús por crucifixión. En su homilía, Francisco destacó la humildad, otra cualidad que ha marcado su estilo papal. Elogió a quienes tranquilamente han hecho a un lado sus necesidades propias para servir a los demás y rindió homenaje a los cristianos que soportan con dignidad la humillación, la discriminación e incluso la persecución por su fe. Durante la misa, bajo un cielo azul claro, muchos de los fieles sostuvieron ramas de olivo como símbolos de paz. Muchos de los turistas y peregrinos que visitan Roma seguirán el Via Crucis del papa en el Coliseo el viernes próximo, Viernes Santo. Dos días después, el Domingo de Pascua, el papa celebrará una misa a media mañana en la Plaza de San Pedro y luego dará su bendición desde el balcón central de la basílica.