Dos artistas indígenas tradujeron un compendio de “Don Quijote de La Mancha” a la lengua otomí e ilustraron la obra cumbre de Miguel de Cervantes Saavedra en pencas de maguey, como una forma de fomentar la lectura entre los niños de esa cultura en peligro de extinción. Raymundo Isidro Alavez, traductor del compendio “Don Quijote para Niños: edición trilingüe otomí-castellano-inglés”, dijo que se trata de un libro que lleva al lector a despertar la imaginación, dado el cúmulo de metáforas, metonimias, hipérboles y demás figuras de construcción literaria. Oriundos del estado de Hidalgo, al igual que el pintor José Luis Romo Martín, quien ilustró la obra, coincidieron en que esta obra constituye un esfuerzo compartido para el fortalecimiento de la lengua hñähñu. Así como de la identidad del pueblo indígena, a través de una creación literaria como “Don Quijote de La Mancha”, que abona a abrir puertas para los procesos de interculturalidad. "Sólo buscamos que el pueblo hñähñu tenga la oportunidad de acercarse a la maravillosa historia del Hidalgo Don Quijote de La Mancha", expresaron los artistas entrevistados por Notimex en El Real Colegio de Santa Rosa de Viterbo, en el Centro Histórico de Querétaro. Isidro Alavez, traductor literario adscrito al Departamento de Español para Extranjeros y Lenguas Indoeuropeas de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM, expresó que la labor de traducción de la obra cumbre de la literatura hispanoamericana le llevó un año, aproximadamente. "Fue un poco laborioso porque hay que buscar las palabras adecuadas en la lengua hñähñu que sepan expresar el sentido y sentimiento que deseó transmitir el autor a través del personaje el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha", reconoció el traductor nacido en la comunidad de Bóxtha Chico, municipio de San Salvador. El traductor invitó a los niños queretanos a leer la obra y adentrarse al mundo hñähñu, sin temores ni complejos de consultar una obra de la literatura universal en un lengua indígena, misma que podrá ser adquirida en las librerías de Querétaro y próximamente en el Museo Iconográfico de El Quijote, en Guanajuato. Refirió que para llevar a cabo la labor literaria tuvo que consultar un número indeterminado de diccionarios y otros libros de lenguas indígenas, los cuales le permitieron encontrar las palabras y contextos adecuados para la traducción de la obra cumbre al idioma que se habla en la región otomí. El pintor José Luis Romo Martín, quien ilustró el compendio, reveló a su vez que tuvo emociones encontradas cuando le propusieron este proyecto y más aun cuando el artista decidió hacerlo en pencas de maguey. Refirió que el primer paso fue pensar en cómo ilustrar una parte muy importante de la literatura hispanoamericana con algo que tuviera que ver con la historia y las raíces de México, y qué mejor que el maguey, una planta prodigiosa que es patrimonio nacional y que tiene que ver con la esencia hñähñu. "Desde la época prehispánica, el maguey ha tendido que ver con el legado histórico y cultural de México y que ha resuelto las necesidades materiales de los otomíes durante milenios", hizo énfasis el oriundo de Santa Ana Bathá, municipio de Chilcuautla, y discípulo del fotógrafo Gunther Gerzso. El artista fue claro al manifestar que con esta obra levanta su pincel ante el mundo para aseverar que el maguey es una planta importante de México, prodigiosa, que requiere ser replantada: "reconozco que a través de mi exposición plasmo la cultura universal a través de la cultura mexicana", expresó. Romo Martín dijo que para ilustrar el compendio utilizó 30 pencas de maguey, en las que plasma las imágenes de El Quijote, Sancho Panza, el Caballo Rocinante y otros personajes de la obra literaria. Coincidió con el traductor Isidro Alavez en el sentido de que tanto la obra literaria como la exposición pictográfica habrán de inculcar en los niños el interés por descubrir nuevos mundos, por leer y por mostrar mayor interés por la cultura. Igual que el traductor, el pintor invirtió un año para realizar su obra de arte: "cada penca de maguey es sometida a deshidratación y temperatura específicas, procesos que llevan hasta dos meses, luego viene la preparación de la superficie de la hoja de la milenaria planta y finalmente el trabajo de pintura en óleo, hoja de oro y hoja de plata", refirió. La obra pictórica de José Luis Romo Martín y literaria de Raymundo Isidro Alavez permanecerán en el Colegio Real de Santa Rosa de Viterbo, en Querétaro, hasta la primera semana de mayo próximo. Posteriormente estarán disponibles en el Museo Iconográfico de Guanajuato. La traducción al idioma inglés del compendio “Don Quijote para Niños: edición trilingüe...” estuvo a cargo de David Charles Wright Carr.